Capítulo V:
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INNOCENCE
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Porque solo soy su hermana.
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Cuando cumplí los quince años, no logré resistir más la tentación.
Caí.
Y debo admitir que quien nos orillo a eso, en ese momento, fui yo. La tercera etapa no acabo muy bien. Se volvió aún más enferma y sórdida. Dañina.
Ese día hacía demasiado calor. Hacía una semana que las clases habían acabado, mamá había conseguido trabajo en una tienda de ropa y trabajaba casi todo el día y eso solo significaba una cosa.
―¿Qué haces ahí, angelito?―
Que estaba sola con Sasuke.
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Un nuevo rayo cruzo el cielo iluminando mi habitación, hacía poco menos de un mes que nos habíamos mudado a nuestro nueva casa, era vieja y algo tenebrosa pero era hermosa y grande, mamá había ahorrado y trabajado mucho para lograr sacar el préstamo en el banco y comprar esa casa y tal como ella misma dijo al llegar, cada uno tenía su propio dormitorio.
―¡Ah!― Chille al escuchar un nuevo trueno resonar en el cielo.
Comencé a temblar y me oculte bajo las mantas, tenía ocho años recién cumplidos y lo que más miedo me daba eran las tormentas. Mi corazón se acelero y cuando tuve consciencia de mis actos ya me encontraba corriendo por el oscuro corredor al dormitorio de mi hermano mayor.
―¿Sakura?― Murmuro medio dormido mientras encendía la lámpara junto a su cama.
Me observó unos minutos en silencio desde la cama, yo me encontraba apoyada en la puerta de madera, mi pecho subía y bajaba, estaba nerviosa, asustada y casi al borde del llanto,, entonces Sasuke sonrió con ternura, con esa ternura con la que solo me mira a mí y me tendió la mano.
―¿Qué ocurre? Angelito― Susurro mientras me metía en la cama junto a él.
Yo suspire tranquila al tenerlo a mi lado.
―Tengo miedo― Susurre bajito.
Él lanzó una risa baja y nos cubrió con las mantas, estiró su brazo y apagó la lámpara, el dormitorio se sumió en una profunda oscuridad solo iluminada por los rayos de la tormenta.
―No tengas miedo― Murmuro pasando sus brazos por mi espalda y atrayéndome a su cuerpo ―Aquí estoy yo―
Cerré los ojos y apoye mi cabeza en su pecho, sentí los acompasados latidos de su corazón y supe que en los brazos de mi hermano, nadie podría lastimarme. Nunca.
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Excepto él.
―Nada― Comenté mientras dejaba las viejas fotos en el baúl de madera ―Solo estaba aburrida― Agregué dejando todo en su lugar.
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Innocence.
RomanceHoy al fin logro comprenderlo. El demonio jamás vivió en el infierno, dormía en la habitación de al lado.