Prólogo

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Abrí los ojos para encontrar el rostro de mi hermosa, cálida y amada almohada, no podía esperar nada más que la agradable sensación de mi rostro junto a la suya. No importa el tiempo que pase en la cama, hoy es sábado, ¿era sábado verdad?

La inseguridad me invadió, mis manos con torpeza fueron en busca del celular debajo de mi almohada. Estuve un buen rato deslizándolas hasta que recorde haberlo dejado cargando sobre la mesa de noche.

- Que fastidio...

Tendré que levantarme para comprobarlo, así fue como mi cuerpo se separo de la calidez de las sabanas y sobre todo, mi almohada, volteé a verla, rogaba por qué volviera, trágicamente ya no sería así, una vez que me levantaba ya no podría volver...lo siento.
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Tome el celular "Sábado 7:45 a.m" ¡Si es sábado! Si ese no hubiera sido el caso hubiera perdido la clase de las 7, no tenía planes, todo indicaba que el dia sería aburrido. Pensar en eso me desánimo por completo, era sábado, un sábado aburrido.

- Me pregunto si...

Fui a mis contactos y busque un nombre en especial, si estaba disponible sería mi salvación de no desperdiciar este día. Sonaba,..sonaba...sonaba...vale, creo que es el fin, cuando no vi respuesta alguna apague el celular, no obstante al segundo empezó a vibrar y respondí sin pensarlo.

- Me despertaste idiota - la voz a través del teléfono parecía molesta y somnolienta, aunque entre todo eso seguía escuchándose amistosa a pesar del fastidio -

- Duermes mucho, hace mal a tu cuerpo.

- Aja... -fue una vaga respuesta acompañada de un gran bostezo- ¿Que quieres tan temprano?

- ¿Esa es la forma de responder a tus amigos? -me encorve para disimular mi lamentable y quebrada voz-

- Si - sin mas el respondio solo eso -

- ¿Tienes planes hoy?

- Ehm...Mano...ella...creo que quería salir a pasear por ahí...no lo sé...¿Por qué la pregunta? - aún se escuchaba recuperándose del sueño mañanero -

- Es sábado y no tengo planes.

- ¿Soy tu única opción? - susurro al teléfono en el silencio de la mañana gris -

Espero que no venga con una mala intención esa pregunta.

- Sí... - hice lo mismo bajando la voz al mismo nivel que el suyo -

- Ay... Nishikata...

Para la próxima pensaré dos veces antes de responderle a este idiota.
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La cita parecía ir bien, la cantidad de palabras compartidas era suficiente y funcional para ambos. Al menos lo era para dos amigos que se encontraban después de un largo tiempo. Bueno, no tanto tiempo, de vez en cuando teníamos estos encuentros para desahogarnos de las cargas que nos daba la Universidad. La atmósfera era relajada, y el café humeante entre nosotros era un buen acompañamiento para este encuentro.

- Siéntete afortunado, te escogí a ti antes que a Mano.

- Que romántico - sonreí un poco esperando su reacción -

- ¿Aprendiste eso de alguien en particular cierto? - me respondió sonriendo algo fastidiado por la broma -

- Debes saberlo mejor que nadie Nakai.

Tus bromas me enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora