Capítulo O8

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JungKook POV

El latido en mi cabeza fue lo que me despertó. Sentía como si estuviera siendo estrellado contra una puerta repetidamente, y todo lo que podía hacer era acostarme allí y aguantarlo.

¡Ay! incluso me dolían los ojos, por lo que no podía abrirlos.

Y luego estaba el malestar en mi estómago que no reconocía, como si una tormenta turbulenta hubiera pasado, dejando mis entrañas balanceándose precariamente.

Dios, esto tenía que ser la resaca del infierno.

Recordaba haber tomado chupitos con Taehyung, aunque no entendía cómo me había convencido para participar...

Espera, espera. Espera. Mierda.

Había sido yo quien se lo había pedido, ¿no? Porque me había enojado con el señor Park.

Mis ojos se abrieron de golpe, y fue un error. El sol era demasiado brillante, enviando una nueva ola de dolor a través de mi cráneo.

¿Era todo por el alcohol, o Taehyung me había dado algo aún más fuerte? Porque, maldita sea, esto era intenso. No ayudaba el hecho de que, al parecer, me había quedado dormido en una butaca, a juzgar por la rigidez de mi cuello y espalda. Volví a abrir los ojos.

Estaba en una butaca... que no era la mía.

Entrecerré los ojos y me protegí la cara del sol que entraba por las ventanas, que tampoco eran mías.

Estaba en casa de los Park. En casa del Sr. Park. Tumbado en una butaca de cuero y tapado con una manta. ¿Cómo y por qué estaba aquí?

La casa estaba en silencio cuando aparté la manta, pero cuando vi mi pecho desnudo y mis pantalones desabrochados, respiré hondo. Joder, ¿qué había pasado para estar medio desnudo y solo en una butaca en casa del señor Park?

─Menuda actuación montaste anoche.

Levanté la vista y vi al señor Park mirándome fijamente, con la cabeza ligeramente ladeada y las manos en los bolsillos de los pantalones.

Ya estaba vestido como si fuera a la oficina, con un traje azul marino y una corbata que costaba más que el alquiler de la mayoría de la gente de la ciudad, o al menos por lo que yo había oído.

Maldita sea, era guapísimo, y eso que no era el alcohol persistente en mi organismo el que hablaba. El Sr. Park llevaba un traje mejor que nadie que yo hubiera visto, e incluso con lo sexy que era, no podía evitar preguntarme qué habría debajo de esas capas de tela.

Me recorrió con la mirada y esbozó una leve sonrisa al ver la piel que mi manta había dejado al descubierto. Me di cuenta tarde de que tenía una vista completa de mis pantalones desabrochados, mis calzoncillos hinchados por la erección que me traían las mañanas.

Volví a ponerme la manta sobre el regazo -no es que no hubiera visto nada- y sentí que me subía un sofoco por el cuello. No es que no quisiera ofrecerle al Sr. Park una vista de mí, pero me sentía un poco desconcertado, sin saber qué demonios estaba pasando y pensando que probablemente tenía mal aspecto, si mi ropa servía de indicación.

¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Y a qué se refería con lo de actuar?

─¿JungKook?

─Sr. Park, eh...

─Oh, estamos de vuelta con el Sr. Park, ¿verdad?

─ Giró sobre sus talones y salió de la sala de estar─. Eso es interesante.

¿Interesante? ¿Qué quería decir con eso?

Rápidamente me puse de pie para seguirlo, pero me arrepentí al instante cuando sentí como si una roca rodara dentro de mi cráneo.

escandaloso ✧ jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora