El día siguiente Samantha no fue a trabajar ya que el dolor de cabeza era realmente fuerte. Lily parecía felíz y traía con ella su pequeño abrigo que usó la noche anterior, estaba paseándose por la casa.
—¿Qué haces, mocosa? —le preguntó Rocio.
—Nada —la pequeña siguió caminando.
—Dame el abrigo, lavaré tu ropa hoy —Lily gruño cuando su tía trató de tomar el abrigo—. ¡Samantha, tu hija me gruñó!
—¡No es cierto! —gritó la pequeña.
Samantha salió de su cuarto, aún con la compresa en su cabeza, su ceño fruncido y sus ojos oscuros. Caminó hasta quedar al lado de Rocio y vio a su gatita.
—¿Por qué le gruñiste?
—Por nada —dijo, antes de correr a su cuarto y esconder el abrigo debajo de su almohada.
Había atado una bufanda en la pata de la mesa de centro de la sala, ella estaba en la entrada de la cocina sosteniendo el otro extremo de la tela, su tía Rocio se había ido temprano ese día. Así que pensó que debía aprovechar la oportunidad para hacer que tuvieran que ir a emergencias otra vez.
Samantha llevaba la canasta llena de ropa limpia y doblada del cuarto de lavado, estaba algo distraída, no sabía si Ama se interesaba de ella de otra forma que no fuera como paciente. Lo siguiente que supo es que estaba en el piso. Escuchó la risa de Lily y volteó sobre su hombro viéndola quitando algo color azul del piso.
—¡Lily! —ésta corrió a la cocina y se escondió dentro de uno de los gabinetes. Samantha dejó caer su cara contra el piso, su voz había sido muy fuerte.
Se levantó y recogió la ropa que se había caído. Movió sus manos comprobando que todo estaba bien. Pasó una de sus manos por su cara preguntándose donde había fallado en la crianza de Lily. ¿Qué no se supone aún faltan años para que su gatita la odie?
En estos momentos es donde Rivera desearía tener alguna omega alrededor para preguntarles, ¿es normal que ella me quiera matar? Pero no era amiga de omegas, ningún omega.
—¿Lily, linda? —Samantha estaba ahora en la cocina. Decidió que lo mejor sería calmarse e intentar entender los motivos de la niña.
Tal vez sólo sea una etapa de travesuras que tendría que controlar.
—¿Estás enojada?
—No gatita, bueno... Tal vez un poco, ¿te gusta lastimarme?
—No —su madre abrió una de las puertas de los gabinetes—. Yo quiero a Ama —Samantha se enderezó por completo y fruncio el ceño.
—¿Ama?
—La omega bonita del hospital.
—¿Por qué quieres a Ama?
—Porque quiero que sea mi mami —la alfa dejó salir un "oh" y se recargó del refrigerador. No podía perder la cabeza en ese instante—. Tía Alexa dijo que Ama no será mi mamá.
La alfa de Samantha se estaba volviendo loca, sentía a su cachorra triste y su omega en problemas... ¿Su omega en problemas? Samantha se pegó en el centro del pecho tratando de calmar a su loba. Debía concentrarse en Lily en ese momento, ni siquiera sabía quién era su omega.
—Es que es algo complicado Lily —un sollozo, caminó al gabinete al lado del lavadero y lo abrió, tomó a Lily entre sus brazos y la cargó.
—Perdón —susurró la niña contra su cuello.
—Esta bien, estoy bien, sólo no lo vuelvas a hacer, ¿de acuerdo? —ella asintió—. Bien, debemos hablar bebé.
—¿Sobre Ama? —se despegó de su cuello.

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Puppy || Rivama
Fiksi PenggemarSamantha es una madre soltera, haciendo su mejor esfuerzo, su cachorra tuvo un pequeño accidente y eso las llevó a la sala de emergencias, donde Ama las atendió. O tal vez la cachorra de Samantha decidió que quería que esa linda omega de ojos grande...