5. Me estás perdiendo

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—¿Crees que esté bien?

Tiene once años cuando le hace esa pregunta a la pequeña cachorra que han traído a casa hace apenas unos meses. Su nombre es Baki, y a pesar de su corta edad parece ser mucho más madura que él para cualquier cosa.

Ella no responde verbalmente pero si que comienza a lamer su mano con desespero en busca de hacerlo sentir mejor.

—Eres una buena chica ¿No es así? —El pelirrojo ríe cuando ella ladra afirmando sus palabras, como si solamente pudiera entender cuando es algo bueno sobre ella—No hay forma de que puedas ser una chica mala, ven para acá.

Chuuya abre sus brazos para que ella salte hacia él en su regazo y comienzo a lamer su rostro sin parar provocándole cosquillas.

—¡Jaja! ¡Baki! ¡Hace cosquillas! ¡Tranquila!

Trata de separarla de su rostro pero es imposible, ella siempre sigue empujando más y más para alcanzarlo y entonces se rinde.

De todas formas no quiere que ella se detenga.

—¿Eh? ¿Ya te cansaste? —Es lo que dice cuando ella deja de lamer su rostro y directamente pasa a recostarse en su regazo hecha una pequeña bola de pelos.

El pelirrojo no puede evitar sonreír ante la vista del pequeño animal sobre él y comienza a acariciar detrás de sus orejas peludas con su mano.

—Creo que esa fue tu forma de decirme que no me preocupe por nada. ¿Sabes? Osamu estará bien, posiblemente eso es lo que tus babas dicen.

Baki ladra en respuesta y el vuelve a reír con cariño.

—Tal vez solo está enfermo... Debería pedirle permiso a papá y ver si puedo ir a su casa mañana...

Su mente se despeja después de esa pequeña charla con la perrita.

Pasa el resto de su día jugando con ella y ayudando a su padre en los quehaceres de la casa hasta que llega la noche y ambos terminan de cenar.

Está revisando sus redes sociales cuando su celular comienza a sonar, ni siquiera se molesta en leer el identificador de llamadas, tiene un tono de llamada especial para él, y ha estado esperando escuchar su voz desde la última vez que se vieron en la escuela hace 8 días.

—¿'Samu?

No puede respirar mientras busca algo que ponerse entre la ropa de su armario. Por primera vez en mucho tiempo, ni siquiera se molesta en revisar que es lo que termina poniéndose, no es que le importe teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra.

Los simples y cortos mensajes de Yosano habían sido lo suficientemente preocupantes para poner todos sus nervios de punta, ni siquiera estaba planeando leer las decenas de mensajes más que otros amigos de Dazai habían y seguían enviando a su dirección.

¿Por qué mierda le mandan los mensajes a él? Es el mejor amigo de Dazai, si, gracias por preguntar, pero no necesita que estén recordándole que cada segundo que pasa buscando los malditos zapatos es un segundo que Dazai está perdiendo en quién sabe que situación.

Porque ni siquiera están seguros de que sea otro intento más. Dazai podría estar bromeando, otra vez.

No es la primera ocasión en la que lo hace, han habido varias en las que mensajes, tal vez no intencionales, fingen que se encuentra en una situación en el borde entre la vida y la muerte.

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⏰ Última actualización: Sep 11 ⏰

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