La noticia del matrimonio con el príncipe Admiel llegó una mañana como un frío puñal. Mi padre, el rey, nuevamente me llamó, pero esta vez a sus aposentos y con voz solemne me informó que la boda se celebraría en menos de una sennight. La desesperación se apoderó de mí, no por la unión en sí, sino por lo que significaba para mi relación con Hwel, mi guardia personal y mi amante en secreto.
La voz de mi padre resonaba en mis oídos mientras trataba de procesar sus palabras.
—Hija, sé que esto es difícil para ti, pero es necesario para el bienestar del reino.
—Padre, ¿por qué tan pronto? ¿Por qué ahora? —pregunté, intentando mantener la compostura.
—Las circunstancias lo demandan. Dur-di ha sido un aliado valioso y esta unión consolidará nuestras fuerzas. No hay más tiempo para demoras —respondió con un tono que no admitía discusión.
Sentí cómo mi corazón se rompía un poco más con cada palabra. Salí de la sala del trono, tratando de mantener mi dignidad, pero por dentro, estaba destrozada. Sabía que debía ver a Hwel, que debía pasar una última noche con él antes de que todo cambiara para siempre. Esa misma tarde, en mi habitación, escribí una carta encriptada con palabras secretas, un poema que solo Hwel entendería, indicando las coordenadas de una cueva cerca del río.
"Las estrellas se ocultan tras la luna, En la noche donde los susurros fluyen, Bajo el manto de la selva oscura, Nos encontraremos donde el agua huye."
La doblé con cuidado y la sellé con mi insignia personal, entregándosela a una de mis damas de compañía con instrucciones precisas.
—Entrega esto a Hwel sin que nadie lo vea. Es una cuestión de vida o muerte.
La tarde cae sobre el castillo con una calma tensa y expectante. Mientras me preparo para la noche que se avecina, una determinación férrea se apodera de mí. Decido enviar a mi dama en busca de una túnica que me permita camuflarme y escapar del castillo sin levantar sospechas.
—Krim, necesito que vayas al pueblo y me consigas una túnica que me permita pasar desapercibida —le digo con voz firme, consciente de la importancia de la misión que estoy encomendándole—. No puedo explicarte los detalles ahora, pero es de vital importancia que sea discreta y no llame la atención.
Ella me mira con sorpresa y preocupación, pero asiente con resignación, sabiendo que no puede negarse a cumplir mis órdenes.
—Entendido, mi princesa. Haré todo lo posible para obtener lo que necesitas —responde con un toque de determinación en su voz.
Con un suspiro de alivio, me despido de ella y me sumerjo en mis pensamientos mientras espero su regreso. La noche cae lentamente sobre el castillo, envolviéndolo en una manta de oscuridad y misterio. Cada momento que pasa me acerca un poco más a la realización de mi plan, y aunque siento el peso de la incertidumbre en mi pecho, también siento una chispa ardiendo dentro de mí.
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Corona de Destinos
FantasyEn medio de un mundo fragmentado en cuatro reinos únicos, surge la figura de Sunev, un reino próspero y poderoso, conocido por su riqueza en minerales, oro y joyas. Pero lo que realmente encanta de Sunev es su gente, personas amables y cálidas que r...