Capitulo II: Sombras del Pasado

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Era un tiempo de incertidumbre y temor, cuando las sombras de la traición se cernían sobre las tierras y los dioses miraban con desdén desde lo alto de los cielos

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Era un tiempo de incertidumbre y temor, cuando las sombras de la traición se cernían sobre las tierras y los dioses miraban con desdén desde lo alto de los cielos.

En una taberna oscura y humeante, un extraño se sentó en una esquina apartada, sus ojos brillaban con una luz inusual mientras observaba a los presentes con una mirada penetrante. A su alrededor, los lugareños murmuraban entre sí, intercambiando historias sobre los tiempos oscuros que habían vivido hacía ya un cuarto de siglo.

—¿Has oído hablar de la guerra entre Dur-di y Dak? —preguntó uno de los hombres, su voz cargada de misterio—. Dicen que fue la traición más grande que jamás haya visto nuestra tierra.

El extraño asintió con solemnidad, su mirada perdida en el pasado.

—Conozco esa historia —respondió con voz grave—. Una historia de engaño, intriga y poder desenfrenado.

Los presentes se acercaron, ansiosos por escuchar más.

—Fue hace un cuarto de siglo —comenzó el extraño, su voz resonando en la taberna—. Dur-di y Dak eran aliados, unidos por un tratado de paz y amistad. Pero la codicia y la ambición corrompieron los corazones de los hombres, y Dur-di decidió traicionar a su antiguo amigo y aliado.

Un murmullo de incredulidad recorrió la taberna mientras el extraño continuaba su relato.

—Durante años, la guerra asoló nuestras tierras, consumiendo vidas y recursos en ambos lados. Los dioses, enfurecidos por la traición de los mortales, enviaron plagas y desastres sobre las tierras, castigando a los hombres por su arrogancia y su codicia.

Los presentes escuchaban en silencio, absorbidos por el relato del extraño.

—Se rumorea que el joven príncipe de Dak, bendecido por los dioses desde su nacimiento, pereció en la contienda —continuó el extraño, su voz llena de pesar—. Se rumorea que poseía habilidades y poderes más allá de la comprensión humana, una fuerza que podría haber cambiado el curso de la guerra si hubiera sobrevivido.

Un murmullo de asombro se extendió entre los presentes mientras absorbían esta revelación.

—¿Y qué pasó con él? ¿Realmente murió en la guerra? —preguntó uno de los oyentes, su voz temblorosa.

El extraño inclinó la cabeza, su mirada llena de sombras.

—Esa es una pregunta que muchos se hacen, pero pocos pueden responder con certeza —respondió en voz baja—. Algunos dicen que su cuerpo nunca fue encontrado entre los escombros del campo de batalla. Otros afirman haber visto su espíritu vagando por las tierras, en busca de justicia por la traición que había sufrido.

...

Mientras tanto, en lo más profundo de la selva, un grupo se reunía en secreto, sus rostros iluminados por el brillo de las antorchas.

—¿Has tenido alguna señal de los dioses, maestro? —preguntó uno de ellos, su voz salió temblorosa.

El anciano frunció el ceño, su mirada perdida en las llamas danzantes.

—Los dioses permanecen en silencio, como siempre —respondió absorto—. Continuaremos nuestros rituales y ofrendas, hasta que los dioses nos escuchen y nos respondan.

Los demás asintieron con determinación, renovando su compromiso con su búsqueda de contacto divino.

...

Un silencio tenso se apoderó de la taberna mientras los presentes reflexionaban sobre las palabras que acababan de escuchar.

Sin embargo, en el fondo de sus corazones, sabían que la historia estaba lejos de haber llegado a su fin. Las sombras del pasado aún se cernían sobre ellos, y el destino de los reinos seguía siendo incierto. ¿Qué otros secretos ocultaban las páginas de la historia? Solo el tiempo lo diría.

El extraño se levantó de su asiento y se despidió con un gesto de la mano, dejando a los presentes con más preguntas que respuestas. Mientras salía por la puerta de la taberna, su figura se desvanecía en la penumbra de la noche, dejando atrás un aura de misterio y expectación.

Los presentes se miraron entre sí, preguntándose qué más podría deparar el futuro y qué otros secretos aguardaban en las sombras del pasado. La noche estaba lejos de haber terminado, y con ella, la historia que acababan de escuchar.


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