7. Rescate Mermaid

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Pase señor Raditz- dijo uno de los empleados de Vegeta en cuanto el susodicho entraba en la casa. Se sorprendió al notar que Vegeta estaba allí, al menos quien le había abierto la puerta le había dicho eso.

Entró y se dirigió al cuarto de Vegeta, los empleados lo dejaron entrar ya que sabían que era su amigo. Al entrar lo encontró dormido en su cama.

Vegeta-le habló, notó que su amigo seguía dormido. Le parecía extraño que estuviera dormido todavía, hace rato que debía haber ido a trabajar.

Vegeta se despertó luego de que su amigo volviera a llamarlo, aun se sentía cansado.

¿Qué pasó?-preguntó confundido al verlo allí, era extraño que él se metiera en su casa así.

¿A ti qué te pasó? No fuiste a trabajar ni apareciste ayer en el bar- dijo Raditz confundido, era extraño que su amigo se comportara de esa forma.

Le dije a Uranai que avisara que no iba a ir, ayer tuve un día difícil- dijo Vegeta como respuesta. Notó que todavía tenía marcas del día anterior en el brazo de las algas que lo habían envuelto y la tapó con la manga de su camiseta.

¿Qué te pasó ayer?- preguntó interesado, aunque no parecía que su amigo tuviera tantos ánimos de hablar.

Vegeta iba a responder con alguna mentira hasta que los dos escucharon a Uranai avisar que había visitas. Vegeta se puso una camisa y se dirigió a ver quién era. Mucha fue su sorpresa al encontrar a sus padres en el comedor de su casa.

Buenos días cariño, Uranai nos avisó que estabas algo decaído hoy y vinimos a verte-dijo su madre como saludo, se dirigió a abrazar a su hijo de inmediato ya que llevaba un tiempo sin verlo.

Tenía razón, te ves terrible- dijo su padre a su vez. Vegeta hizo una mueca de fastidio al escucharlo, ya de por sí no le agradaba que lo visitaran sin avisarle.

¿Por qué no me dijeron que iban a venir?- les reprochó, Raditz salió de su cuarto y saludó rápidamente a los padres de Vegeta, ya los había visto en otra ocasión.

Te llamé ayer y no entraban las llamadas- respondió su madre- Aun así yo no necesito permiso para visitar a mi hijo, si estas mal vendré a verte- le aseguró.

No estoy decaído solo estaba cansado para trabajar hoy- se justificó, aunque estornudó poco después de decir eso. Probablemente eran las consecuencias de todo el estrés que había sentido el día anterior, además de que había estado bajo el agua helada por horas.

Suenas enfermo, menos mal que vinieron- dijo Raditz como comentario- Yo también te llamé y no respondiste ¿Y tu celular?- preguntó intrigado.

Vegeta recordó fugazmente que había arrojado su celular a la basura justo antes de ir a bañarse, lo había olvidado.

Ayer lo tiré, lo rompí por accidente- se excusó. Sus padres y Raditz lo miraron pensativos, parecía que Vegeta estaba actuando un poco raro esos días.

Luego iré a comprar otro por ti ya que te sientes mal, no puedes andar sin celular- dijo su madre como aviso- luego vas a quejarte si no te aviso que vengo, no puedo hacerlo si rompes tu teléfono- le reprochó.

¿Cómo lo rompiste? Qué extraño- dijo Raditz confundido- Bueno, si estas enfermo me voy. Luego me cuentas qué te sucedió ayer- le advirtió- le dejaré mi número a Uranai para cuando tengas el celular nuevo- le avisó.

Gracias por venir a verlo-dijo la madre de Vegeta sonriente, usualmente el amigo de su hijo era atento con él.

Faltas al trabajo por un resfriado, lo que faltaba- dijo el padre de Vegeta como reproche.

Gritos de SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora