Haerin está bendecida. Bueno, en realidad no se trata de eso, se trata más bien de su posible suerte por haber encontrado a alguien como Danielle, una persona tan dulce como ella, amable y divertida, buena con todo el mundo, y al mismo tiempo intimidante y tan superior, incluso a veces poniendo nerviosa a Haerin de todas las formas posibles, pero siendo increíblemente protectora y atenta con Kang en cada momento. Puede que Danielle también haya conseguido su propio "broche" de oro sólo por tener a Haerin, por tener a Kang Haerin como su leal pareja, una chica tan dulce, sensible, reservada y a la vez tan llena de confianza en sí misma como lo es ella. A Marsh le encanta especialmente esas noches en las que por fin puede estar junto a su novia, bajo la misma manta y a la misma distancia, mientras sus cuerpos se entrelazan en cierta calidez sofocante.
Las manos de Haerin recorren los hombros desnudos de Danielle, la que yace a su lado después de una larga hora de acontecimientos un tanto picantes entre las dos, incluso cuando Danielle vuelve a acariciarla, aunque sea suavemente, Haerin no puede evitar y dejar de pensar en lo que tanto desea poner en practica. En realidad ni siquiera es tan fácil; Danielle desde el principio fue prácticamente la primera en todo, algo de lo que Haerin nunca se quejó, y ni siquiera ahora, pero desde hace casi dos meses atrás ha tenido ese pensamiento de que tal vez Danielle no ha recibido lo suficiente y que, al mismo tiempo, podrían probar algo... ciertamente diferente en su intimidad.
Danielle sonríe levemente, llevando sus manos a los costados de la cintura de Haerin mientras la chica más bajita se sentaba encima de los muslos de su novia, mirando intensamente a la mujer que tenía delante, los ojos de Haerin perdiéndose en esa mirada empalagosamente superior que provenía de ojos almendrados y grandes, algunos de los pequeños lunares destacando en el bonito rostro de Danielle, ese bonito rostro que Haerin anhela ver bajo su cuerpo de otra forma o de muchas formas en las que podría.... ─¿Quieres más, Haerin? ─De repente Haerin perdió el control total y se sonrojó, incluso se distrajo de sus propios pensamientos serios, de su plan.
─¡No! ─exclamó y Danielle sonrió divertida, con la mano recorriendo el bajo vientre de Kang, ─Y-yo quiero decir....
─¿Qué quieres decir?
─Dani, yo cuando... ─Haerin tartamudeó, ─¿Cuándo podría alguna vez.... ─incluso Danielle ya estaba adivinando lo que Haerin le diría así que no tardó mucho en sonrojarse y suspirar con el ceño fruncido, ─¿Cuándo yo podría complacerte?
─¿Te refieres a cuándo me quieres dar? ─El tono de Danielle es áspero y Haerin se estremece, considerando el comienzo de esto algo terrible y vergonzoso, pero también lo suficientemente fuerte como para empezar a sentir un raro calor por todo su rostro y entre sus piernas ─Eso no se debe preguntar, amor~
Haerin tragó en seco, casi sin saber qué responder, pero luego llevó sus manos decididamente hacia arriba por el cuerpo de Danielle, acariciando sobre su pecho y mirando atentamente el tatuaje en la parte delantera del cuello de Marsh, ─¿Entonces «eso» debe hacerse de una vez? ─respondió Haerin algo nerviosa pero decidida, y ahora Danielle se sintió ansiosa cuando las yemas de los dedos de Haerin rozaron su cuello, casi envolviendo su piel con las dos manos. Oh, Haerin...
─¿Estás intentando cortarme la respiración mientras me besas con fiereza y caigo ante ti? ─Ese tono, esa mirada, aunque Danielle había parecido algo dominante hace un momento, Haerin casi no podía ocultar el impulso de corromper a su querida novia de una vez. Maldita sea. ─Kang Haerin, ¿sigues aquí?
─Olvídalo... ─Haerin volvió a su posición de antes, tumbada junto a la chica más alta, tan cerca que incluso podía oír los latidos de su corazón o acariciar su espléndida piel ─¿Por qué es esto tan difícil y tan fácil para ella? ─susurró Haerin para sí misma y Danielle la escuchó, rápidamente se giró hacia el lado opuesto y acarició la mejilla sonrosada de su tierna novia, tierna como una linda gatita que es.
─Yo en cambio creo que deberías haberte preparado y haberme sorprendido mejor. Aunque sé que aún estás cansada de lo de antes, lo comprendo, te dejé muy sensible.... ─Danielle le habló suavemente -coquetamente- a Haerin y Haerin escondió su cara en el costado del cuello de Danielle, adorando su aroma a flores mojadas por la lluvia, un fresco y agradable aroma de la tierra mojada; ─Pero tranquila, mi Hae~. Inténtalo mejor la próxima vez.... ─Por supuesto que lo haré, pensó Haerin y abrió los labios para recibir un último beso fugaz por parte de Danielle aquella noche. De verdad que lo haré.
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