El canino y la loba caminaban en silencio por la zona norte a pesar de las heladas ventiscas que hacían, el canino quería despejarse aunque sea un poco de las recientes peleas que ocurrían en el grupo en la base militar, mientras la loba simplemente quería salir.
No tenían rumbo alguno, a dónde fuera que llegase sabría cómo regresar, se sabían el "camino" de memoria.
El cabello chocolate se detuvo, bueno, más bien le detuvieron en seco cuando le sienten que le toman por el cuello por sorpresa para el desconcierto de ambos. Cómo pudo, entre el forcejeo, se quitó de encima a la otra persona que pareciera dispuesto a quebrarle el cuello.
Doggy- Ándale, si tanto quieres-...- Las palabras se quedaron en el aire en cuanto se gira a ver al contrario para su desconcierto.
Mientras la loba parecía procesar lo que pasaba.
Pony- ¿Verga? No gracias.
Doggy- ¿Qué no te fuiste de viaje de reflexión y encuentro espiritual mientras te infectabas?
Pony- Namasté.- Contesta juntando sus manos frente suyo para guiñar un ojo.
-Deja de decir pendejadas y mátalos.- Se escucha una voz detrás de la peligris la cuál se gira desconcertada.
Willow- Y tú, ¡Se supone que estabas muerto!- Reclama con un dedo acusador al zorro.
Mr. P- Me recuperé.
Willow- Te dispare en la cabeza...
Doggy- Yo te deje en un laboratorio el cuál colapsó sobre ti frente mío...
Mr. P- Pues me recuperé de ambos homicidios.
Pony- Y luego soy yo me que dice mamadas.