Capitulo 1

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Al segundo día de instrucciones, Lauren no salía de su asombro.

—Espere a que Su Alteza Real le hable primero. Espere a que Su Alteza Real le tienda la mano primero. Si está usando guantes cuando vaya a saludar a Su Alteza Real, tiene que quitárselos primero. Las mujeres no tienen que llevar sombrero antes de las seis y media de la tarde —el anciano consejero siguió en tono cansino —Levántese cuando alguien de la familia real entre en la habitación. Nunca le dé la espalda a alguien de la familia real...

—Jonathan, dale un respiro a la pobre chica —comentó una joven detrás de Lauren.

Lauren giró la cabeza y vio a la princesa Selena, a quien ya había conocido en su visita anterior a Chantaine.

Recordaba el desasosiego que sintió cuando conoció a la princesa Selena, una joven casi de su edad. Lauren se levantó inmediatamente y fue a hacer una torpe reverencia. La princesa lo desdeñó con una mano y ladeó la cabeza en la que lucía una melena castaña y ondulada. —No lo hagas, por favor. ¿Me acompañarías a almorzar? Necesito un descanso de tanta realización. Podemos comentar algunos programas de televisión americanos.

—Alteza —dijo Lauren para intentar seguir las reglas que acababan de dictarle.

—Basta, basta —Selena tomó a Lauren de la mano y se alejó con ella. —Si se te ocurre llamarme «señora», gritaré.

—Por favor, llámame Selena. Cuento con que te olvides de todo lo que has aprendido hoy para que podamos ser amigas. Gracias a Dios, tenemos una americana entre nosotros. Eres exactamente lo que necesitamos.

Lauren sintió una mezcla de alivio al librarse de la interminable sesión de instrucción y de inquietud por lo que la princesa Selena tenía pensado para ella.

—La verdad es que no veo mucho la televisión.

—Bueno, estoy segura de que se nos ocurrirá algo —sonrió. —Desde que Sofia se quedó embarazada y se marchó de Chantaine, yo tengo que estar en casi todos los actos públicos —Selena se detuvo y la miró a los ojos. —Sofia nació y se crió para hacer ese trabajo. A mí, me desquicia.

—En concreto, ¿qué te desquicia de tu trabajo? —preguntó Lauren. —No lo había pensado —Selena parpadeó y frunció el ceño. —Estaba muy enojada por haber tenido que venir a hacer todo esto cuando estaba pasándomelo muy bien en Italia.

—Yo no soportaba mi trabajo anterior —Lauren avanzando con la cabeza. —, pero lo pagaban muy bien. Después de trabajar en aquello, me di cuenta de que poder hacer todos los días algo que me apasiona es un privilegio, sino un lujo.

—Qué profundo. Yo que esperaba que fueses una rebelde... —Soy una rebelde —confirmó Lauren entre risas—. Solo intento ver la parte positiva.

—Mmm... Es posible que pueda aprender de ti. Creo que deberíamos almorzar con champán para celebrar tu llegada. Si Camila se entera, se quedará pálida. Me encanta hacer que se quede pálida.

—Yo me ahorraré el champán. No quiero empezar mi segundo día de trabajo haciendo que mi jefa se queda pálida.

—Tienes cierta razón —Selena susspiró—. No estaría bien que te despidieran por mi culpa nada más empezar. ¿Vino blanco?

—Y agua, por favor.

Lauren decidió que le convenía mantenerse sobria con los Cabello. Selena la llevó a una pequeña mesa en una terraza acristalada que daba a los jardines. Unos jardines llenos de flores que estaban rodeados por zonas de vegetación exuberante y árboles y que acababan en acantilados rocosos y playas de arena. El mar era de un azul cristalino.

PASION EN EL PALACIO ||CAMREN GIP||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora