Capitulo 11

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Durante tres días, Camila le mandó mensajes para invitarla a cenar, pero Lauren la rechazó. Una cosa era ver sus pies en Internet, pero otra muy distinta era verlos en la primera página del periódico de Chantaine. Se negaba a poner en peligro le reputación de Camila y, además, le sorprendía que ella no estuviese más molesta.

Después de cabalgar con Black, volvió a llevarlo a su cajón con su nueva amiga Cupcake, una cabra sin cuernos.

Oyó unos ruidos y cuando miró detrás de ella vio a Camila con Dinah en brazos. El corazón le dio un vuelco.

-Hemos venido a buscarte -comentó -. Te hemos echado de menos.

Ella notó una opresión en el pecho al captar la emoción de su mirada. También los había echado de menos.

-He pensado que, después del artículo del periódico, debería dejarme ver menos.

-El periódico de Chantaine no es famoso por su rectitud periodística -replicó Camila con ironía.

-Lo sé, pero no quiero ser el motivo de que se especule sobre ti.

-Siempre habrán especulaciones sobre mí, aunque no haya fundamento. No puedo permitir que eso me aparte de lo que es importante para mí.

Lauren no había querido ser tan importante para Camila y tampoco había querido que Camila y su familia fuesen tan importantes para ella.

-Po favoo... -le pidió Dinah señalándole el sombrero. -Has dicho las palabras mágicas -le dijo Lauren con una sonrisa mientras le daba el sombrero.

-Hablando de magia, parece que tu idea ha dado resultados - comentó Camila mirando el cajón de Black-. Había oído decir que las cabras tranquilizaban a los caballos de carreras, pero nunca pensé que diera resultado con Black.

-Estaba solo. Son animales gregarios, y si no tienen compañía, se ponen nerviosos.

-Bueno, ya que has terminado la jornada, a Dinah y a mí nos gustaría que nos acompañaras a cenar. Además, no vamos a aceptar un «no» por respuesta. ¿Verdad, Di?

La niña levantó los brazos para que Lauren la tomara. Lauren, conmovida, la tomó en brazos y miró a Camila de soslayo.

-Es una jugada rastrera.

-Todo vale en...

Ella lo interrumpió aterrada de oír el resto de la frase:

«En el amor y en la guerra».

-De acuerdo. ¿Qué hay de cena?

-Es una sorpresa.

Lauren le abrió la puerta y la limusina se acercó. Después de un corto trayecto, el coche se paró delante de la puerta lateral del palacio y Camila subió a sus aposentos con Dinah en brazos y Lauren a su lado.

-Todavía no me fío de que suba las escaleras. El mármol es peligroso -le explicó.

Lauren sintió un arrebato de cariño por lo protector que era con su hija. -No le vendría mal cuando está acabando con tu paciencia. Le ventaja de dejarle andar o subir escaleras es que...

-Se cansa -la princesa terminó la frase mientras entraban en sus aposentos-. Sí, estoy aprendiéndolo. Así no tiene tanta fuerza para gritar. Lauren se dio cuenta de que la mesa para la cena ya estaba preparada y de que había otros cambios.

-¿Barreras para niños? ¿Has quitado las piezas valiosas? Tienes la casa a prueba de niños...

-Me han dicho que es algo provisional -contestó con una resignación burlona-. Con un poco de suerte, dentro de dos o tres años volverá a ser como siempre.

PASION EN EL PALACIO ||CAMREN GIP||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora