Capitulo 7

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Camila, hipnotizada, observó a Lauren que cabalgaba con una mezcla de elegancia y sensualidad. No pudo evitar recordar cómo la había cabalgado a ella hasta que los dos alcanzaron un placer increíble y prohibido. La deseaba otra vez, la anhelaba. Había conseguido que se sintiera plena y satisfecha. Era una sensación que no podía durar mucho, ni por ella ni por Camila, pero estaba dispuesto a conservar a Lauren hasta que esa sensación se desinflara.

Había dejado que ella fuese delante pese a las quejas de Black y, en cuanto tocaron la arena, Gus empezó a correr.

Black lo siguió y lo adelantó fácilmente. A los pocos segundos, vio la fogata que sus empleados habían encendido para su velada con Lauren. Detuvo a Black y oyó los cascos de Gus que también aminoraron la velocidad hasta pararse.

-¿Cómo se ha encendido? -preguntó Lauren.

-Soy mago. Lo deseo y, ¡zas!, sucede.

-Eres un cuentista.

-Es una leyenda -replicó Camila riéndose-. Los mitos y las leyendas son importantes.

-Es posible -dijo Lauren con escepticismo mientras se desmontaba-. ¿Vamos a comer ahora?

-A mí me parece un buen momento.

Camila desmontó y ató los dos caballos a un árbol. Cuando se dio la vuelta, la vio sentada en la manta. Se había quitado el sombrero texano negro y el pelo le caía por los hombros y la espalda. Iluminada por el fuego, lo miró y esbozó una sonrisa misteriosa.

Luego, sacó los sándwiches, la botella de vino y las chocolateras.

-No está mal, pero me imagino que no está a la altura de París.

-En absoluto -replicó la princesa sentándose a su lado-. La compañía es mucho mejor.

-Mmm... -susurró ella con una sonrisa-. Estás poniéndote seductora. Será mejor que tenga cuidado -ella desenvolvió un sándwich mientras Camila servía el vino-. ¿Fue un viaje fructífero?

-Si. Tres de los consultores se comprometieron a incluir a Chantaine en distintos acontecimientos -la princesa le dio una copa y brindó con ella-. Pero ya estás bien de mi viaje. ¿Qué ha pasado por aquí?

-El veterinario especializado vino para evaluar a Black como semental.

-Y bien?

-En términos humanos, es muy viril y puede concebir muchos potros de primera.

-Es más valioso ser único entre muchos.

-¿Único? -preguntó Lauren con desesperación-. ¿No estarás proponiendo que sólo tengas un potro?

-No, pero seremos muy selectivos con las yeguas que tengan descendencia suya.

-Estoy segura de que podremos encontrar las mejores yeguas -ella miró la copa-. Hablando de sementales, tu hermana ha decidido que necesitas una esposa. Está haciendo una lista de pretendientes para... relajarse.

La idea de que Selena pudiera imaginarse la mujer que querría era tan cómica que Camila soltó una carcajada.

Enseguida se dio cuenta de que a Lauren no le hacía tanta gracia.

-Te das cuenta de lo ridículo que es, ¿verdad? -preguntó. -Tienes que casarte alguna vez -contestó ella-. Necesitas una esposa que cumpla con las obligaciones reales, entre otras, tener descendencia.

-Te pareces a mis consejeros -murmuró antes de dar un sorbo de vino.

_¿También quieren que te cases?

-Llevan queriéndolo desde que cumplí veintiún años. No sabes cuántas veces he oído decir que es «por el bien del país» cuando hablan de mi vida amorosa -contestó Camila.

PASION EN EL PALACIO ||CAMREN GIP||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora