Sentía mi cuerpo temblar de anticipación. Si bien la puerta que estaba en mi campo de visión había sido una imagen recurrente para mí, nunca había pasado el umbral con el sentimiento que estaba aconteciendo en mi pecho. Llamé lentamente, con cautela. Objetivamente sabía que todo iba a ir bien, y que la familia de Martin me iba a acoger sin ningún tipo de problemas, no obstante, seguía teniendo el gusanillo detrás de la oreja que no quería que ellos se sintiesen defraudados por ninguna de mis acciones del pasado.
Poco después, la madre de Martin abrió la puerta, con una sonrisa encantadora, de oreja a oreja.
"¡Juanjo! ¡Cuánto tiempo! Te hemos echado muchísimo de menos por aquí." Me dijo emocionada mientras me estrujaba entre sus brazos. Pude notar que su amabilidad y emoción eran genuinas, por lo que traté de destensarme. No tenía por qué preocuparme.
Martin y yo habíamos decidido esperar un par de meses desde nuestra charla en el parking para finalmente comer con su madre. Estábamos progresando de manera lenta, pero segura, y sanando heridas que se habían quedado abiertas de nuestra ruptura. Nuestra clara mejoría en la comunicación hizo que finalmente decidiésemos que era el momento.
"Yo también os he echado mucho de menos." Respondí, abrazándola de vuelta. Amaba a la familia de Martin. Desde el minuto uno me habían acogido como uno más, siempre preocupados por que estuviese cómodo y sintiese como que formaba parte. No era complicado entender la naturaleza del corazón de Martin después de pasar un rato con su familia, especialmente con su madre, que era un calco de él.
Puso su mano en mi espalda y me guió desde el recibidor hasta la cocina.
"He hecho pollo al horno, que sé que te encanta. Hoy es un día especial y hay que celebrar ¡Juanjo ha vuelto!" Exclamó eufórica.
"Mamá, por favor." Martin trató de pararle los pies, ruborizado hasta las orejas.
Reí levemente no pudiendo evitar mirarla con afecto y cogerle fuertemente de la mano.
"Oye déjame estar contenta por esto, Martin. Juanjo siempre fue uno de mis chicos favoritos, esos otros con los que te juntabas eran unos maleducados. Él, sin embargo, siempre ha entrado en esta casa sonriente y ofreciendo su ayuda."
"No ves, soy su chico favorito." Me pavoneé frente a Martin tratando de picarle.
"Viene de familia eso. A mí también me pasa." Dijo en voz baja, aunque no suficiente como para que su madre no lo escuchase, la cual esbozó una sonrisa discreta.
Traté de ignorar sus palabras y ni actitud pasota no estaba alineada con mi corazón, que estaba a punto de reventar.
" Oye y vosotros dos..." La madre de Martin trató de sonsacarnos información.
"¿Nosotros qué?" Respondió Martin haciéndose el loco, sabiendo perfectamente a qué se refería en el fondo.
"Que si sois amigos otra vez." Intervino. Sin embargo, se limitó a decir amigos, no queriendo sobrepasarse preguntándonos si somos pareja.
"Sí, somos amigos." Respondió, tomando el liderazgo de toda la conversación. Tampoco me quise meter, no sabiendo exactamente en qué punto estábamos y sabiendo que mis palabras o mi percepción podía no alinearse con la de Martin. No quería caer en contradicciones delante de su madre porque era una conversación que debíamos tener en otro momento.
"Bueno, eso está genial." Respondió algo escueta. Claramente, se moría de ganas por preguntar si éramos algo más, y no se había tragado el paripé de que éramos amigos.
"Mamá parece que vas a reventar. Puedes preguntar si somos novios si quieres, que no te vamos a matar ni nada." Aclaró Martin acorde al semblante de su madre.
"Bueno no quería meterme pero si me das bandera verde... ¿Habéis vuelto?" Preguntó con un atisbo de fe en su tono. No era ningún secreto que después de Martin y de mí, la persona que peor lo había pasado fue ella.
"A ver, la verdad es que... "Empecé a hablar sin saber muy bien qué decir. Me quedé mirando a Martin implorándole con los ojos que él respondiese por mí.
"Somos novios." Finalizó Martin mirándome con complicidad.
Su madre paró de hacer lo que estaba haciendo en la cocina y lo abrazó. En ese momento pude hacer contacto visual directo con él.
Moviendo los labios, de manera inaudible vocalizó "Luego hablamos."
Asentí ligeramente, sin poder evitar sonreír ante la escena delante mío.
"Anda Juanjo ven aquí, tú también formas parte del abrazo." Me incitó mi suegra.
Me acerqué, rodeando a ambos con mis brazos.
"Que sepáis que si no estuvieseis juntos no pasaría nada. Simplemente me alegro de que volváis a ser los mismos de antes, me daba mucho duelo veros peleados y sin hablar. Era demasiado raro." Dijo entonces rápidamente. "O sea, a lo que voy es que no me tenéis que mentir si no sois novios."
"Mamá que sí. Que somos novios. Te lo juro." Reafirmó Martin, haciendo que mi corazón diese un vuelco.
"¡Mi nuero favorito de vuelta, no me lo puedo creer! Ahora tendréis que venir más por aquí y cocinaremos juntos." Añadió animada, volviendo a lo que estaba haciendo antes.
Mi única reacción fue sonreír, pues no sabía de qué manera exteriorizar todo el gozo que me inundaba por dentro.
Nos enfrascamos en una larga charla hasta que finalmente la comida estuvo terminada y pudimos sentarnos a comer.
"¡Ay! ¡Que no te he preguntado! ¿Qué tal te va el baloncesto? Martin me ha dicho que bien pero quiero oírlo de ti mismo." Me preguntó mi suegra interesada.
"El baloncesto perfecto. Ganando un montón." Afirmé, antes de proceder a contarle detalles más aburridos sobre el tema.
Ganando un montón, como en la vida misma.
![](https://img.wattpad.com/cover/370852906-288-k172844.jpg)
ESTÁS LEYENDO
illicit affairs
RomanceLa vida de Juanjo se estaba complicando en sobremanera. Su prioridad debía ser el baloncesto; ¿Por qué no se podía sacar entonces a Martin, el capitán del equipo de fútbol, de su cabeza? (Versión extendida de mi mini fic de illicit affairs subido en...