Prólogo

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— Me quiero ir, me quiero ir, me quiero ir —repetía sin parar, hiperventilando. 

— No, no te vas a ir —afirmó—. Tú abriste la puerta, amor, eso fue luz verde para mí.

— Debí dejar que caminaras hacia la muerte esa tarde.

Él negó con su rostro dolido.

— No, no lo dices en serio, amor se acercó a ella con temblor en sus manos. Él temía por herirla más de lo que estaba. La sangre seca se arrugaba sobre su rostro y sus lágrimas corrían sin detenerse. El hombre se sentía destruido por haberla empujado y provocado esto.

— NO ME TOQUES —logró rugir ella, provocando que él lograra alejarse asustado.

— Lo hecho está hecho, amor. Te quedarás conmigo hasta que la tormenta pase, la calle está vuelta añicos por el estúpido vídeo que subió Martinez. 

— Déjame ir, por favor.

— Oh, que irónico —sonrió de lado, bufando ante la educación de la chica—, ahora eres tú quien dice "por favor" —se agachó a su altura y mordió su labio inferior para contener las ganas que tenía de carcajear en su cara—. Pues te cuento algo, Amanda —mencionó su nombre, haciéndole ver a la chica que no habría oportunidad de lamentos—, haré lo mismo que tú me hiciste a mí... ignorarte.

Esas palabras se hicieron eco en la cabeza de Amanda, comprendiendo que cayó y no se levantará más, que ella perdió y no habría revancha.

Amanda resultó ser la ingenua y él no.

El Payaso Bobby | '+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora