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Ana POV.

Shane y yo fuimos a una de las cabañas en donde se juntaron los campistas a presenciar sus propios talentos.

–¡Caitlyn Gellar!–escuché el grito de Dee La Duke.

La chica que pasó era la misma que había visto hablar con Mitchie.

–esto es en honor a todos los campistas rockeros.–dijo ella al frente del teclado.

Comenzó a tocar el instrumento de una forma bastante hábil. Sonaba muy bien, a Shane y a mi nos gustó.

–que bien toca.–escuché como Mitchie les decía a sus "amigas."
La verdad es que tenía razón, ella era verdaderamente buena.

–ey, a Shane y a Ana les gusta.–murmuró Ela a Tess y la rubia se giró hacia nosotros.

–¡una serpiente, auxilio!–gritó la chica Tyler.–¡una serpiente!–

Y la música paró. Todos nos habíamos asustado.

–es el cable del sonido solamente, Tess.–le aclaró Dee.

–oh, claro.–fingió que no se había dado cuenta.–me equivoqué.–

–que mal me cae esta chica.–murmuré y Shane me dio la razón y nos fuimos de allí, decepcionados de la clase de personas que había en el mundo.

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Shane seguía en la ardúa búsqueda de aquella chica de la voz. Pero obviamente, seguía sin encontrarla.

Fui en busca de Mitchie.
Sabía que mi amigo estaba solo intentando darle más forma y color a la nueva canción en la que estábamos trabajando. Así que se me ocurrió que Mitchie Torres podría hacerle un poco de compañía y que lo ayudara a inspirarse.

–hola, ¿han visto a Mitchie?–les pregunté al trío que era encabezado por la rubia hueca de Tess.

–no, no la hemos visto.–me respondió una chica llamada Peggy.

–oh, está bien.–

Tanto caminar y finalmente la encontré junto a Caitlyn.

–hola, Mitchie.–la saludé.

–oh, hola, Ana.–me devolvió el saludo algo tímida.

–quería decirte que si buscas a Shane, está solo sentado al lado de las canoas.–le guiñé el ojo y ella se encaminó hasta allí con una sonrisa y finalmente me fui de allí.

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Estaba sentada en el muelle a orilla del lago. Shane había desaparecido de mi vista junto con Mitchie, me alegraba lo que sea que tuvieran.

Estaba tan tranquila que ni siquiera me percaté que alguien había caminado hasta mi y me tomó por los hombros.

–¡AH!–grité asustada mientras me levantaba. Sentí como la persona que me sostenía hizo lo mismo, no esperaba mi fuerte chillido.
Al darme vuelta me di cuenta de quien era el que estaba ahí.

–¿¡Nate!?–exclamé feliz.–¡Nate!–

–¡Ana!–el imitó mi acción y nos abrazamos con fuerza.

Senti como mi estómago daba vueltas, me sentía tan extraña alrededor de mi amigo.

–¿me quieres enseñar el lugar?–me preguntó una vez nos separamos.

Play my music.//Nate Gray.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora