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Omnisciente

hola.–saludó Shane entrando a la cocina y se acercaba a Mitchie.–¿qué tengo que hacer para separarte de tu trabajo?–le cuestinó a su novia y ella sonrió como enamorada.

La pelinegra iba a responder, pero justo entró su madre con una expresión cansada.

–Mitchie, aplasté 45 kilos de carne para hamburguesa, completamente sola.–informó Connie.–te lo dije, cielo. Tienen que ayudarme.–

–no, no, no. Es imposible.–negó mirando el programa.–se muy bien que te asigné a...absolutamente a nadie. ¿Me perdonas?–

–¿qué sucede?–preguntó Brown llegando junto a ellos.

Connie suspiró, nuevamente demostrando que estaba cansada.

–esto no funciona, la cocina es un desastre. Ayer ordené que trajeran 22 kilos de papas y en lugar de eso llegaron 22 cajas de pelotas de playa.–se quejó la cocinera, apuntando a dos campistas inflando la entrega.

–oye.–le habló Mitchie.–tienes que admitir que no es muy legible tu letra.–se defendió.

Connie le dedicó una mirada ofendida a su hija.

–¡ey, oigan!–intervino Brown.–es Rock and Roll ¿cierto? Tiene que haber algo de caos. ¿No? Lo están haciendo bien, solo falta ajustar algunas cosas.–los alentó el sonriente director.–¿Si? perfecto. Shane, ayuda a Connie con las hamburguesas.–ordenó y se marchó de allí.

Él abrió sus ojos con sorpresa.

–es que, amm...debo estar en...–balbuceó.

–ay, ya, ya. Camina, príncipe.–le dijo la mujer que se lo llevó hasta la cocina del brazo.

–no, pero.–intentó contradecir, pero al ver que era inútil refutar, se limitó a mirar por última vez a su novia.

Mitchie se rió de la cómica situación.

♡♡♡♡

Nate daba la clase de batería. Iba de maravilla, era un gran maestro.
El chico sabía perfectamente los horarios de su mejor amiga, por lo que suponía que ella ya había terminado su clase.
Como Ana compartía puesto con Jason, muchas veces se turnaban para que el otro pudiera descansar. Por supuesto que Nate sabía perfectamente esto, ya que al no pasar tanto tiempo con ella como antes, se veía desesperado buscándola por todos lados. A veces solo se limitaba a observarla y otras podía pasar tiempo de "calidad" con ella. En realidad solo escribían canciones juntos.

–¡genial!–elogiaba Nate a sus alumnos mientras tocaban la batería.–¡sigan así, un poco más!...¡terminamos!–

Dicho esto, los campistas que tenía al mando hicieron el final a la perfección.

–sabía que lo lograrían. Creo que ya...se está haciendo tarde. ¿Qué tal si se toman la tarde libre?–preguntó mirando su reloj.

–¡sii!–gritaron ellos con emoción.

Sin esperas más, tiró sus baquetas y salió corriendo de allí con desesperación.
Había un objetivo oculto tras la decisión que había tomado: Ana.
Como él tenía muy presente su programa, sabía que ella ahora estaría libre. Así que se fue corriendo a toda velocidad en su encuentro.

Se colocó un chaleco salvavidas, tomó una canoa y navegó hasta el medio del lago, con el solo propósito de verla componer su nueva canción.
Se colocó los binoculares y comenzó a observarla con el típico suspiro de enamorado.

Play my music.//Nate Gray.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora