2: Capítulo ocho

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열여덟.

JK

Mientras navegaba por las redes sociales en mi teléfono en el hotel, una noticia llamó mi atención de inmediato. Bea estaba en todas partes, tendencia por una posible relación con su jugador favorito. A pesar de intentar ignorar el revuelo, los celos comenzaron a consumirme.

Aunque ambos habíamos decidido explorar otras relaciones, verla vinculada con alguien más me afectaba más de lo que quería admitir.
Sin importar que otra mujer estaba conmigo en la habitación del hotel en la cama desnuda.

Por más que intentaba distraerme y darle una oportunidad a lo que tenía delante, no podía sacarla de mi cabeza.

Cansado de sentirme así, decidí que era suficiente. Quería que la atención se centrara en nosotros dos, en Bea y en mí, y no en las supuestas relaciones de ella con otros hombres.
Entonces, sin pensarlo más, contacté al equipo de estilistas de Bea haciéndome pasar por el mío y averigüé qué ropa usaría para su vuelo en el aeropuerto y a qué hora saldría.

Con esa información en mano, solicité urgentemente un cambio en mi vuelo y busqué el mismo atuendo que usaría Bea.

No podía permitir que la atención se desviara hacia otras relaciones cuando lo que realmente quería era que la atención estuviera en nosotros, incluso si eso significaba emparejarnos de nuevo, aunque solo fuera por un breve momento.

—Cambie el vuelo. Vámonos ya. —informe a mi manager.

—¿Qué? —su reacción fue de susto

—Tengo una urgencia personal. Salgamos ahora

El y el equipo se movieron como sea, y cuando llegamos al aeropuerto mi manager se dio cuenta de mi plan al ver a Bea pasando por el pasillo, saludando a la gente con una sonrisa
radiante

Antes de que pudiese bajar mi manager rápidamente bloqueó la puerta del coche.
Sin embargo, mi obstinación me llevó a desbloquear manualmente la puerta, decidido a seguir adelante con mi plan.

Pero mi manager, con firmeza, detuvo mi mano antes de que pudiera abrir la puerta

—Estas siendo inmaduro, actúas sin pensar. Lo único que harás es joderle la carrera por tus celos.

—Una simple coincidencia y ya. —digo con poca importancia.

—¿Coincidencia? —se burla —La gente no cree en la coincidencia y menos cuándo van en el mismo vuelo y llevan la misma ropa

—No podemos esperar mucho tiempo estacionados aquí Señor —el chofer avisa a mi
manager.

—Cinco minutos más y bajamos.

A regañadientes, accedí a esperar unos minutos antes de salir del coche, mientras mi manager se encargaba de hablar con el equipo de Bea para evitar cualquier confrontación o malentendido.

Escuché las palabras de mi manager sobre mi intento de obtener información sobre el vestuario de Bea, pero en ese momento, todo eso me importaba poco en comparación con mi necesidad de llamar la atención hacia mí.

Finalmente, salí del coche, dispuesto a enfrentar las consecuencias de mis acciones y atraer la atención.

Los gritos resonaban a mi alrededor, mezclados con la agitación de los guardias y la euforia de los fans que claramente no esperaban mi presencia. Traté de avanzar sin mirar atrás, deseando que todos pudieran ver que estábamos juntos, pero lamentablemente, la llevaron por otro camino.

BEA

El zumbido constante del aeropuerto resonaba en mis oídos mientras caminaba junto a mi manager, tratando de ignorar el nudo de ansiedad que se había instalado en mi estómago.
Yang había estado decidido a evitar cualquier encuentro directo con Jungkook.

Cuando finalmente abordamos el primer avión con destino a Corea, sentí un ligero alivio al dejar atrás el bullicio del aeropuerto. Sin embargo, la ansiedad persistía, creciendo con cada minuto que pasaba en el aire.

¿Qué pasaría cuando llegue a Corea?
¿La gente me amenazaría?

—Aprovecha este tiempo para escribir una aclaración. —sugirió Yang —Es una forma de anticipar cualquier pregunta o especulación.

Asentí. —Estaré en eso.

Mientras intentaba concentrarme en las palabras, mi mente divagaba hacia el posible escenario que nos esperaba al aterrizar. La tensión no disminuyó cuando Yang me informó de los planes para nuestro arribo.

—Los guardias te guiaran hasta el coche. Tendré que ir con el manager de Jungkook cuando aterricemos, hallaremos una solución a esto.

—Está bien.

Las horas en el avión parecían interminables, mientras mi mente daba vueltas tratando de anticipar lo que estaba por venir. La incertidumbre sobre cómo se desarrollarían los acontecimientos me atormentaba, llenando mi corazón de una mezcla de temor y determinación.

Estaba decidida a enfrentar lo que sea que nos esperara en Corea, pero el peso de la incertidumbre seguía presente, como una sombra que se negaba a desaparecer.

Cuando Yang me da el ok, para subir mi aclaración no tardo en hacerlo publico.

"Quiero abordar algunos rumores recientes que han estado circulando en las redes sociales y medios de comunicación. Ha habido especulaciones sobre mi vida personal y es momento que salga a aclararlos.
Se menciona sobre una supuesta relación con mi compañero de grabación. Quiero dejar claro que estos rumores son completamente falsos. Song Kang es un colega talentoso y respetado con quien tuve el placer de trabajar. Nuestra conexión en pantalla fue el resultado de nuestro profesionalismo y dedicación al proyecto en el que estábamos involucrados. Fuera de eso, no hay nada más que una amistad y compañerismo. Es importante para mí aclarar que sigo soltera y enfocada en mi carrera y en mi vida personal.

Los verdaderos fans saben cuánto apoyo a mi equipo favorito Tottenham y lo fanática que soy de ellos. El gesto amable del jugador
Son Heung Min al dedicarme un gol fue simplemente un reconocimiento a mi apoyo incondicional como fan.
Agradezco a todos por su interés y apoyo continuo. Por favor, respeten mi privacidad mientras continúo trabajando en mis proyectos profesionales y viviendo mi vida al máximo.
Con cariño, Bea"

Aterrizamos y seguí las instrucciones de Yang al pie de la letra.

Los guardias me condujeron rápidamente hacia el coche, evitando hábilmente cualquier intento de los periodistas de hacerme preguntas o de los fotógrafos de capturar imágenes.

Al abrir la puerta de mi departamento, el aire fresco de la noche no logró disipar la pesadez que sentía en el pecho.

Mi corazón se hundió al ver la avalancha de comentarios hirientes que llenaban mi teléfono. Insultos, acusaciones, palabras crueles que me etiquetaban como una zorra sin razón alguna.

Intenté ignorarlos, pero cada palabra cortaba más profundo que la anterior, dejando cicatrices invisibles en mi alma.

Entonces, la puerta sonó, y Yoongi apareció en mi umbral. Su sola presencia fue como un bálsamo reconfortante en medio de la tormenta emocional. Sin necesidad de palabras, su mirada comprensiva y su abrazo cálido me recordaron que no estaba sola en esta batalla.

Con los ojos llenos de lágrimas, le conté lo que había sucedido, dejando que mis palabras fluyeran libremente, sin filtros ni inhibiciones.

El escuchó atentamente, sin juzgarme ni cuestionarme, simplemente estando allí para mí en mi momento de necesidad.

Después de desahogarme, su abrazo se hizo más fuerte, como si quisiera protegerme de todo el dolor que había enfrentado.

En ese instante, su amistad fue mi refugio, un recordatorio de que, a pesar de las palabras crueles del mundo exterior, había alguien que me valoraba y me amaba por quien soy realmente.

Un Amor Inolvidable. Jungkook ©bnsoelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora