III. PRESENCIA.

95 32 9
                                    

… Estar oculta dentro del baño, en este momento, me mantiene a salvo.

Me genera seguridad.

—Me estoy volviendo loca. —Mi voz resuena en el eco cautivo de éstas paredes mientras miro mi propio rostro asustado y nervioso en el espejo.

No tengo que pensar en todo lo que está pasando dentro de mí cabeza.
Y es difícil de ignorar.
Estoy mejor así, sin pensar en nada de lo que acontece mi horrible realidad.
Me afecta de lo peor. Pero, como ya dije, es imposible de ignorar.

No sé si lo que vi era real o solo una puta alucinación de mi mente. Y lo peor, es que estaba entrando en trance, sentía ese alivio tan esperado al darme cuenta que estaba a punto de dormirme. No se oyen ruidos extraños fuera de la habitación y en cada rincón de ésta, todo parece estar en silencio y calmado, de manera engañosa.

Mis párpados derrotados y mi cuerpo tumbado en la cama; me sentía tan relajada, tan cómoda, qué me agarró desprevenida.

Pasaron unos segundos, sentí que me observaban, y esa sensación ya se me era normal percibir, pero, no sé por qué se me da por levantar la cabeza y mirar hacia los pies de la cama, porque al hacerlo vi lo más tenebroso que pude a ver visto en persona… Una vieja decrepita y muy alta parada a los pies de la cama mirándome fijamente. Yo, al ver semejante cosa ahí parada, me espanté al instante y pegué un fuerte grito; salí del cuarto lo más rápido que pude, tropezándome al salir de la cama aterrada. Nunca antes jamás me había pasado una cosa así. Hizo agitar bruscamente mi corazón, y me sentí más que alterada y sobrecargada de miedo, ni siquiera volteé hacía atrás, solo corrí sin pensar al baño y me metí en el…

Este infierno me está comiendo viva.

Me meto a la bañera y de cuclillas abrazo mis piernas.

«No estoy bien.»

Nunca fui creyente de fantasmas, demonios o de todas esas mierdas de lo paranormal.
Yo no creo en eso porque nunca he vivido algo relacionado con ese tipo de cosas, pero, tengo que confesar que si me aterró muchísimo.

De hecho, aún lo estoy.

De hecho, aún lo estoy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Eᥒ ᥒᥙᥱstrᥲ mᥱmorιᥲ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora