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CINCO DÍAS MÁS TARDE DEL EVENTO APOCALÍPTICO
NARRA: Deolinda.
Las noche me acecha, la luz se extingue en pequeños rastros, y el mundo exterior es un infierno sonoro y perspectivo permanente.
¿Cómo es que todo se derrumbó tan repentinamente? Una de las preguntas existenciales que me aterra.
... Se oye ruido en los pasillos: Pasos arrastrándose y, a veces, respiraciones entrecortadas pegadas a la puerta, al igual que gritos constantes demasiado cerca. Cada tanto, golpean salvajemente desde el otro lado, queriendo entrar a asesinarme, a desvivirme de forma inhumana... No me dejan dormir sin aparecerse en mis subconsciente. Tengo esos momentos grabadas en mi mente desde ese día, ellos... Ellos o eso, se comían a las personas que huían de éstos, las perseguían en manada, como si fueran animales hambrientos. Yo, quisiera decir que tuve suerte, pero no es así, no he visto a la luz del día a otra persona sana, a nadie más que a mí propio reflejo de tristeza y desesperación.
Agotada todo el tiempo y con el miedo constante de que me pase lo mismo que a esas personas, de morir de esa manera tan atroz y lenta. Es algo diferente, otro tipo de sentimiento que jamás había sentido antes en mi interior, nada de lo que me está pasando parece real, nada de ésto, pero está pasando, y es real.
