Enero 2018
Rosaura en Buenos Aires, ArgentinaEl aire fresco de Buenos Aires me recibió con una mezcla de emoción y nerviosismo. Dejé atrás mi estancia en México, buscando una nueva aventura en esta vibrante ciudad. Con mi cabello rojo ondeando al viento y mis ojos café brillando con determinación, me adentré en las calles llenas de historias por descubrir.
Durante mi tiempo en Alemania, un fatídico accidente me dejó herida en el hospital, con la memoria confusa y fragmentada. Alejandro, un rostro familiar pero desconocido, intentó reconectar conmigo, pero sus intentos fueron en vano mientras luchaba por recuperar mis recuerdos perdidos. Recibimos llamadas, casi nunca contestadas por mis padres hasta que una vez contesté, pero colgaron al instante.
Después de meses de incertidumbre y tratamiento médico, decidí mudarme a Buenos Aires por mi familia. Aunque mi pasado seguía siendo un enigma, mi espíritu se negaba a rendirse ante la adversidad. Con la determinación como mi guía, me sumergí en encontrar nuevos comienzos. Mis padres me habían mencionado que Alejandro no era importante, así que decidí seguir con mis tratamientos médicos en Buenos Aires, Argentina.
Mis padres, Gabriela y Karim, me apoyaron en cada paso de este viaje. Gabriela, con su cabello castaño y ojos verdes, irradiaba una pasión por la vida en cada gesto. Karim, con su cabello rojizo y ojos avellana, era un hombre de negocios serio pero con un corazón cálido siempre dispuesto a ayudar a la familia.
—Rosaura, mi niña, estoy tan emocionada de que nos acompañes aquí en Buenos Aires. Será una nueva aventura para ti —comentó Gabriela con entusiasmo.
—Sí, hija, estamos seguros de que te irá muy bien aquí. ¡Estamos orgullosos de ti! —añadió Karim con orgullo—. Te encantará tu apartamento; queda cerca de nosotros.
Me instalé en un pequeño apartamento cerca de la universidad, donde pronto comencé a sumergirme en mis estudios de Licenciatura en Administración de Empresas. Cada día era una oportunidad para aprender algo nuevo y conocer gente increíble.
15 de Enero del 2018
Fue en la universidad donde conocí a Kiara, una chica llena de energía y entusiasmo. Con su cabello rubio y ojos azules, era imposible no contagiarse de su alegría. Nos hicimos amigas rápidamente, compartiendo risas y sueños de un futuro brillante.
—Rosaura, ¡tienes que venir conmigo esta noche! Hay una fiesta en el centro y promete ser épica —dijo Kiara, tratando de convencerme.
—Claro, me encantaría. ¡Vamos a divertirnos! —respondí, emocionada y lista para la fiesta.
Durante la fiesta, conversaba animadamente con algunos amigos cuando de repente sentí una presencia incómoda a mi lado. Me giré y encontré a Mike un compañero de campus, su mirada perversa me envió un escalofrío por la espalda.
—Rosaura, acompáñame un momento —dijo Mike, su sonrisa no alcanzaba sus ojos.
Intenté alejarme, pero él bloqueó mi paso. Su aliento caliente rozó mi cuello y sentí una ola de náusea.
—Vamos, Rosaura. Sé que te gusto —dijo, su voz cargada de arrogancia.
Intenté controlar mi nerviosismo, pero su insistencia me estaba desmoronando. Antes de que pudiera responder, una voz firme interrumpió.
—¿Te está molestando este tipo? —dijo un hombre de ojos azules, su presencia imponente y protectora.
Al girar la cabeza, me encontré con un hombre que me miraba con preocupación.
—Soy Nicolás —dijo, su voz imponente, dejando claro que Mike estaba en problemas.
—Nicolás, gracias por intervenir —respondí, sintiendo un alivio instantáneo al verlo.
Nicolás se mostró serio y a la defensiva con Mike, luego tomó mi mano e invitó a bailar.
—¿Te gustaría bailar conmigo? —preguntó Nicolás con una sonrisa reconfortante.
Acepté con gratitud y me dejé llevar por el ritmo de la música, sintiendo un alivio al estar cerca de alguien que me generaba confianza. Mientras bailábamos, no pude evitar sentirme atraída por la forma en que Nicolás me miraba y su intento de defenderme.
Al finalizar la canción, miré a Nicolás con gratitud.
—Gracias por estar allí para mí, Nicolás. Realmente lo aprecio —expresé con sinceridad en mi voz.
Nicolás me devolvió la mirada con una sonrisa cálida.
—Siempre estaré aquí para ti, Rosaura. Eres muy hermosa, es imposible no notarte a la distancia —respondió, coquetamente y sonriendo.
Meses después...
Las clases eran eternas, pero con Kiara todo se volvió más llevadero. Poco a poco, Nicolás se convirtió en una parte importante de mi vida. Con él, experimenté emociones que nunca antes había sentido. Había una chispa entre nosotros que era imposible de ignorar, o eso creía.
Comencé a recibir muchos mensajes y constantes regalos de parte de Mike. En el campus, empecé a recibir múltiples cartas y, en muchas ocasiones, se me acercaba para pedirme salir o para que no hablara con nadie. Muchas veces le recalqué que no éramos nada y que me dejara de acosar, pero los regalos no paraban de llegar a mi apartamento.
N/A: No olviden votar y comentar, así me harían saber que les está gustando la historia.
¿Qué opinan de que Rosaura no recuerde a Alejandro?
¿Qué opinan de la actitud de Mike ?
¿Desde donde me leen?
Es una historia con muchos matices como pueden ver pero esto apenas comienza, realmente espero que les agrade esta historia como a mi y muchas gracias por darse la oportunidad de conocer esta historia.
Los espero en mis redes sociales, ahí estaré subiendo contenido de mis libros.
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Recuerdos Fragmentados
Teen FictionRosaura, es una mujer independiente, segura de si misma y nunca se deja pisotear por ningún hombre, ella huye de un pasado con muchas complicaciones, pero no sabe lo que le espera. ¿Será esto igual o peor del pasado al que tanto le huye? Alejandro...