Rosaura, es una mujer independiente, segura de si misma y nunca se deja pisotear por ningún hombre, ella huye de un pasado con muchas complicaciones, pero no sabe lo que le espera.
¿Será esto igual o peor del pasado al que tanto le huye?
Alejandro...
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Rosaura
Todo empezó con los recuerdos borrosos donde poco a poco fueron desvaneciéndose como si de un espejo roto se tratase, hace 5 años mi vida dio un giro totalmente inesperado, ver ese rostro incesante que agonizaba al costado mío, escuchar el sonido de la ambulancia, los gritos desgarradores de esa voz que poco a poco se fue desapareciendo de mi memoria, por poco casi mis latidos fueron apagándose lentamente, la electricidad en mi cuerpo que emanaban esa máquina que hacía que pudiese regresar a la vida, la pesadez de mis ojos fueron aumentando, las voces de la vida se fueron haciendo pequeños ecos, la vida fue dejándome poco a poco, hasta que una electricidad abundante hizo que mis latidos aumentaran, fueran tomando fuerza como si de un motor se tratase, mis fosas nasales fueron sintiendo el aire puro, mis pulmones lo agradecían, al abrir los ojos de nuevo, veía rostros familiares, un rostro que no se hacía familiar, me hablaba y con una agonía, desesperación, sus ojos cristalizados y su cuerpo herido con múltiples heridas, su rostro buscando una respuesta de mi parte, ver la luz me cegó un poco, pero ver rostros familiares hablando con ese desconocido a lo lejos de el vidrio de la ventana de cristal y él mirándome, al tratar de mirar sus ojos me hacían sentir una sensación desconocida, sin embargo en esos momentos la vida tenía que seguir, sigo teniendo esos sueños donde recuerdo su rostro borroso, pero la vida de por si era sobrevalorada, tenía que continuar con la vida, regresar a la rutina y volver al nuevo periodo universitario.
Desde aquel acontecimiento que por poco no logramos volver a ver la luz del día, una vez más y sentir el aire puro, escuchar los sonidos de la vida. Aunque el tiempo ha transcurrido, los recuerdos de esa experiencia aún arden en mi mente como brasas vivas.
Recuerdo con dolor el momento en que casi pierdo al hombre de mis pesadillas constantes, sus ojos caramelos almendrados con tonos grisáceos, su rostro angustiado aún me persigue en mis sueños.
Desearía poder retroceder en el tiempo para poder evitar ese sufrimiento, y poder hacer algo antes de que fuera demasiado tarde; sin embargo, este es el comienzo de mis recuerdos que se unen poco a poco.
Recuerdo vívidamente el clima y caótico ajetreo matutino, el frío que hacía en ese tiempo en Alemania; el contraste del clima a comparación de Argentina, sin embargo el regreso a la ciudad me traía esperanzas de que todo podría ser mucho mejor por lo tanto si logré recordar las vías rápidas así que tomé una vía más rápida para recoger a Mariana en nuestro camino hacia la universidad. Sus palabras alentadoras resonaban en mis oídos, prometiéndome un nuevo comienzo, aunque en ese momento no podía anticipar las sorpresas que me esperaban.
— Rosaura, créeme que este será nuestro año, no empezaremos con el pie izquierdo, el pasado quedó atrás — dijo Mariana con convicción, tratando de infundir ánimo a su amiga.
— Tienes razón, Mariana. Este año será diferente, estoy lista para dejar atrás todo lo que nos ha detenido en el pasado — respondió Rosaura con determinación, agradeciendo el apoyo de su amiga.
