RECUERDOS

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"Perspectiva Laccier"

El fin de semana había comenzado, así que no vería durante 2 días a katsuki, me ponía algo tal vez, ¿Triste? Comenzaba a alegrarme tener que lidiar con su mal humor.
Seguía en duda como había sabido lo del regalo, ¿Acaso alguien le dijo? ¿O solo lo adivino?, esas ideas rondaban por mi cabeza.

Era de mañana, apenas el día comenzaba así que no quería amargar mi día tan temprano, estaba solo, no había nadie en casa como de costumbre, tenía algunas tareas pendientes de la escuela, así que debía comenzar con ellas, y lo primero que haría antes de eso sería levantarme de la cama y tomar un baño.

Me levanté dando un pequeño estirón y un último bostezo, estaba tan feliz estando en mi cama durmiendo, tenía hambre, asi que me apresure a bañarme.
Estando en la regadera el ambiente se sentía tranquilo, creo que me gustaba mi soledad, terminé de bañarme y me dirigí a mi habitación, tome un conjunto de ropa cómoda, trate de arreglarme un poco el cabello, ¿Pero para que lo haría? Total, hoy no saldría a ningún lado.

Observaba mi reflejo a través del espejo que estaba cerca de mi escritorio.

— Cielos, si que soy tan apuesto. — Me decía a mi mismo frente al espejo, riéndome de las cosas que decía.

El reflejo del regalo de katsuki llamo mi atención, así que voltee a verlo, lo tome con mis manos observandolo.

— Eres tan lindo. — Dije mientras lo acariciaba.

— Ahora que lo pienso creo que te falta algo más. — Deje al peluche sobre la cama y abrí un cajón de mi buró que estaba a unos cm de mi.

— ¿Que podría encontrar aquí? Debe ser algo que te quede. — Parecía estúpido hablando solo en mi cuarto y peor aún con un peluche, pero por ahora era la única compañía que tenía por el momento.

— ¡Genial! Esto debe de servir. — Había encontrado un paleacate, comenze a doblarlo intentado que su tamaño se reduciera, y quedará del tamaño del peluche de gallina.

Tome al pequeño peluche y le puse sobre su espalda el paleacate que había encontrado. Una sonrisa se hizo notar en mi rostro al ver a la gallina con "ropa" se veía algo extraña sin ella.

— ¡Te ves tan linda! — Abrase con cariño aquel regalo que ahora es más que un simple regalo para mí, era algo mucho más especial, se trataba de algo que me había regalado alguien que estimaba mucho, mi amigo.

Sin más distracción, acomode el peluche sobre mi cama, y salí de la habitación, bajando hacia la cocina, tome mi mochila que se encontraba en el sofá como siempre. Estaba acostumbrado a llegar y aventarla en ese mismo sofá.

Prepare algo sencillo para desayunar, llevándolo hacia la mesa, me dispuse a sentarme en la mesa del comedor.
Aun no entendía porque era tan grande, quedaban muchos espacios vacíos.
Cualquier persona que llegara a verme comer solo en una mesa llena de sillas vacías le daría tristeza. Pero para mí era costumbre.

— Bien, veamos. — Saque algunos cuadernos de mi mochila, tomandome el tiempo de revisarlos uno por uno mientras desayunaba.

— Mierda, esto se siente tan solitario. — Encendí mi teléfono y puse una de mis canciones que era mi favorita, con eso el ambiente ya no se sentiría tan solitario.

CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora