Narra Adrien:
-Sr. Adrián, lo esperan en la sala de reuniones. -anuncia mi secretaria.
-De acuerdo, vamos allá. -salí de mi oficina junto mi secretaria, me dirigí a la sala de conferencias. Saludo educadamente a los presentes y me siento en mi respectivo asiento.
-Muy bien, damos incio a la conferencia mensual. -enuncia uno de los compañeros al observar que todas las sillas alrededor de la mesa estaban ocupadas.
~Un rato más tarde~
Después de extensas y agotadas horas, por fin hemos concluido. Pensé por un minuto que no acabaríamos. Miré por la ventana de mi despacho, el cielo anunciaba lluvia. Por suerte mi casa quedaba a escasos kilómetros de aquí.
El sonido del teléfono interrumpe mis segundos de contemplar el paisaje nublado. Enseguida lo tomo. El nombre de Lucas se reflejaba en la pantalla.
-¿Papi, dónde estás? -pregunta emocionado.
-Estoy en el trabajo todavía, capitán.
-Dijiste que vendrías temprano. Quiero verte. Te extraño. -solloza.
-No te preocupes campeón, ya casi salgo para allá, ¿entendido? -trato de tranquilizarlo cariñosamente. Admito que paso demasiado tiempo en la oficina.
-Esta bien papi, te espero.
Colgué rápidamente y me dispuse a recoger mis cosas para irme cuanto antes. Al salir la lluvia comenzó a empapar todas las calles y apresuro mis pasos para no mojarme más de la cuenta... Y en un segundo de despiste, un fuerte choque provoca que cayera al suelo, junto con otra persona.
-¿Estás bien?. -le pregunto, extiéndole mi mano para ayudarla. La acepta, y me responde con una cálida sonrisa, dándome las gracias seguidamente.
Inmediatamente que reconocí sus inconfundilbles facciones y aquel aroma a jazmines que emanaba de su cuerpo. Sentí como la ira cubría cada parte de mi ser. No podía controlar esto que estaba sintiendo dentro de mí. Aquella mujer parada frente a mí ya la conocía años atrás.
Al notar mi extraña sensación, retrocedió como una niña asustadiza, pues en mis ojos se reflejaban una abominación tan inmensa que provocaba terror.
-Te encontré, Charlotte. -la miré de forma hostil con una sonrisa maliciosa. Por un momento se queda inmóvil, confundida y aterrada por mi comportamiento. Ignorando su reacción, me dirijo a mi casa.
~Minutos después~
Al abrir la puerta, mi hijo corre hacia mí mostrándose alegre.
-¡Papi, llegaste!. -expresó el pequeño emocionado, saltando hacia mis brazos pegándose a mi cuerpo con un cálido abrazo sin importar lo mojado que estuviera.
-Sí hijo mío, te dije que vendría enseguida. -dije sonriendo.
-Bienvenido, querido. Que bueno que estés en casa -me recibe mi madre amorosamente sentada desde la sala. Viendo el estado en el estoy, se levanta del sillón y va en busca de una toalla. -Aquí tienes, hijo -ofrece.
-Hola, mima -le respondo con el mismo afecto, sujetando el presente -¿Ocurre algo? -pregunta mi madre, notando la seriedad en mi semblante.
-Hijo ¿por qué no subes a tu habitación y vas eligiendo la película? -propuse.
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Lazos del Destino: Destinados a Encontrarse
Roman d'amour{Los lazos que nos conecta a nuestros seres queridos, son como hilos invisibles y mágicos capaces de superar obstáculos y fortalecer nuestros corazones. Son más fuerte que cualquier hechizo} ☆★☆★☆★ Charlotte es una bella chica llena lujos y de grand...