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Derek esperó. Fue a su hotel a pasar el rato, dándose cuenta de que era inútil porque su mente no podía alejarse de su novio junto a su ex novia egocéntrica y controladora, así que tomó un taxi de vuelta a la sede.

Decidió esperar fuera de la habitación, en la puerta. Si los estudiantes lo miraron raro y algunos susurraron cosas como "es aterrador" o "acosador", a Derek no podía importarle menos. 

Cuando pasaron dos horas y no volvían, decidió que era tiempo de enviar un mensaje, después de todo no sabía en dónde se encontraban, aunque podría averiguarlo... Sacó el teléfono y escribió rápidamente.

¿A qué hora llegas?

Stiles:

Voy en camino.

Para ser Stiles era realmente breve, inquietantemente breve. Quiso llamarlo, luego se preguntó si le molestaría. Prefirió no hacerlo por las dudas. No quería parecer un novio celoso y posesivo (aunque lo estaba siendo).

Unos minutos después oyó su voz.

-Derek, ¿Qué haces en mi puerta? — Exclamó en mitad del pasillo.

Aunque la pregunta sonaba reprobatoria, Stiles tenía una sonrisa de oreja a oreja y ese tono afectuoso que a Derek secretamente le encantaba.

-Estaba... — No pudo terminar su frase, frunciendo el ceño cuando notó la silueta de cierta chica fastidiosa.

-Hola Derek, veo que estás muy feliz de verme, como siempre. — Sonrió con burla. Y a pesar de notar sus ojos rojos y el olor que desprendía tristeza, a Derek no le importó en lo más mínimo, así que se limitó a bufar.

-Quería despedirse. — Intervino Stiles.

¿Despedirse? Derek hizo un gesto de la victoria en su mente.

-Si... — Se formó un pequeño silencio incómodo que el menor intentó llenar. Lydia lo detuvo rápidamente. — Stiles, ¿Podrías prestarme tu investigación de criaturas sobrenaturales? Tengo la sospecha de que mi compañera de cuarto es una, pero no puedo identificar cuál.

-¿Está bien? — Respondió con duda, era muy extraño que Lydia no recordara el bestiario de memoria. Sobre todo después de estar tanto tiempo lidiando con lo sobrenatural. — Volveré en cuanto lo encuentre. — Finalmente dijo abriendo la puerta de su habitación.

Stiles cerró su puerta con prisas sin importarle dejar a Derek solo con la chica. Esta sonrió cuando él le lanzó otra mirada asesina.

-Hey, tranquilo. No te quitaré a tu chico. — Se burló nuevamente, Derek no estaba dispuesto a soportarla como su novio lo hacía.

-Hoy lo hiciste. — Respondió con molestia.

-Sólo fueron un par de horas, Derek. Creo que puedes vivir sin él por ese tiempo, como lo has hecho desde antes de que fueran novios. — Dijo como si no estuviera consciente de lo que estaba haciendo.

-Puedo vivir sin él. Y no estoy molesto porque lo alejaras de mí. — En realidad si lo estaba, solo que no era la mayor razón de su enojo.

Lydia lo vio, curiosa. No esperaba esa respuesta.

-¿Por qué es entonces? — Preguntó genuinamente.

-Porque no te importó lastimarlo. No mostraste un poco de consideración cuando le rompiste el corazón ni en estos meses y vuelves ahora de la nada como si todo quedara en el pasado. — Se volvió hacia ella con desprecio. Para Derek no era más que una chica que intentaba obtener lo que quería y cuando no le servía, lo desechaba.

-Bueno... él no piensa lo mismo. — Respondió sin titubeos. Se veía muchísimo más segura que cuando habían hablado por la mañana.

-No. Porque Stiles siempre ve lo mejor de las personas aunque no haya. — A estas alturas ya no le importaba mostrar un poco de tolerancia. El castaño no estaba aquí para pedirle "respeto" hacia la chica.

-Lo sé. Por eso es que lo quiero. — Le lanzó una sonrisa honesta que le hizo querer sacarla de allí a la fuerza.

-¿Qué tratas de...? — Casi estaba gruñendo...casi.

-Es mi amigo. Mi mejor amigo. Y sé que piensas que estoy aquí para fastidiarlos, que también es divertido, pero en realidad quería hablar contigo. — Declaró. Derek siguió tenso en su posición, como si estuviera frente a su peor enemigo.

-¿Por qué lo harías? No me agradas y yo tampoco te agrado. — Cruzó sus brazos. ¿A dónde quería llegar con esto?

-Sí me agradas, Derek. Sé que cuidarás bien de él. — Dijo mirando la puerta de la habitación de Stiles.

-¿Y entonces por qué vienes a molestarnos? Si de verdad lo quisieras no lo habrías lastimado. — Derek no se tragaba absolutamente nada de lo que salía de su boca.

Lydia suspiró con una mano en su rostro.

-Derek. Puede que no me creas, pero dejarlo fue una decisión que pude hacer porque sabía que no sería feliz conmigo. — Lo miró a los ojos. — No te mentiré, también fue por mi egoísmo. Tuve dudas al principio, pero viéndolo ahora simplemente fue lo mejor para ambos. — Asintió.

-Eso es lo que tú crees. Stiles estaba... — No terminó cuando la pelirroja lo interrumpió.

-Stiles me lo dijo. Que fue lo mejor. — Reveló sin ninguna arritmia en su corazón. Y eso le molestó al mayor.

-Seguramente lo dijo para que no te sintieras mal. — Declaró por fin, luego de una larga pausa en silencio.

-Puede ser. Pero es indiscutible que ahora es más feliz que cuando estaba conmigo. Y si para eso debí romper su corazón, entonces no me arrepiento. — Derek no pudo argumentar más, sus palabras habían sido refutadas una a una.

-Espero que sean felices. Porque no hice todo esto para nada. Y por más que creas que era algo unilateral, siempre fue mutuo. — Le guiñó un ojo con complicidad. No podría ser que...

-¿Cómo tú...? — Frunció más el ceño en desconfianza, ¿Realmente ella lo había sabido desde antes? Que Derek siempre estuvo...

-Soy observadora. — Se encogió de hombros mientras jugaba con su cabello. — Ahora sí, debo irme. — Acomodó su bolso y entró a la habitación para decirle a Stiles que ya no necesitaba la información. Derek sabía que eso había sido una excusa para hablar con él.

Stiles se disculpó igualmente por no encontrarlo. Tenía un montón de libros y archivos en su escritorio. Era obvio que no había logrado revisar todo en el breve tiempo de conversación. Sin embargo prometió que cuando lo encontrara se lo enviaría por correo de forma digital.

Después de eso, se despidieron con un abrazo que esta vez no afectó a Derek, sabiendo que no había nada entre ellos. Cuando la vio marcharse se quedó pensando que tal vez, aunque no quisiera admitirlo, Lydia tenía razón. Sobre todo porque si Stiles no hubiera estado tan triste, no habría tocado a su puerta esa noche y Derek jamás se hubiera atrevido a decirle lo que sentía. No quería admitirlo, pero quizás la pelirroja había sido indirectamente la causante y, a propósito o no, no podía negar la gran sonrisa que Stiles tenía cuando estaban juntos.

STEREK 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora