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Ya habían pasado unos meses cuando Stiles recibe otra visita inesperada.

Mentiría si dijera que no estuvo esperando que en cualquier momento el creepywolf apareciera por ahí y le declarara lo mucho que le odiaba o sus planes para separar a su sobrino de él. Desde que Lydia se lo advirtió estuvo semanas esperando este día.

Y ahora que estaba aquí, realmente preferiría que no lo estuviera. Porque eran las dos de la mañana y tenía un enorme examen al día siguiente. Peter siempre aparecía en el peor momento y por lo que Stiles podía decir, al lobo le encantaba eso.

-Oh, creepywolf, qué sorpresa tan agradable. ¿Por qué estás aquí? — Stiles creía que si lo fastidiaba lo suficiente con su sarcasmo, el hombre se aburriría y se iría. Qué ingenuo de su parte.

-Hola, cachorro. ¿Cómo estás? Parece que te va bien fuera de ese agujero llamado Beacon Hills. — Dijo echando un vistazo dentro de la habitación con una extraña sonrisa.

¿Cachorro? ¿Desde cuándo me dice así? Siempre fue "humano" o "niño".

-Estoy bien, gracias por tu preocupación repentina dos años después de vernos por última vez. — Continuó con el sarcasmo, su especialidad. — Ahora, si me disculpas, debo dormir porque mañana tengo un importante examen que rendir y estás estorbando. Adiós. — Antes de cerrar la puerta en su cara, el hombre con su fuerza sobrehumana la mantuvo abierta y sin permiso se adentró al cuarto del menor.

-Vamos, Stiles, no me engañes. Sé que no puedes dormir hasta las tres como mínimo. — Soltó con descaro, como si no hubiera forzado su entrada a la habitación de un estudiante y pudiera ser reportado en cualquier momento. (No es que eso lo fuera a detener de todas formas). — Seguro que...las pesadillas y tu cerebro no te dan tregua ni un solo día. — Sonrió cuando vio la conmoción en Stiles.

¿Cómo lo sabía? Stiles nunca le dijo a nadie sobre sus problemas para dormir. Derek lo notó cuando estuvieron juntos, pero sería incapaz de decirle una palabra a nadie, menos a su tío psicópata. 

Aún con su sorpresa, fingió indiferencia. Sabía que si mostraba su enojo, el hombre no lo dejaría en paz.

-Entonces, si dejo que digas lo que tienes que decir ¿Te marcharás y me dejarás en paz? — Peter que se encontraba a una distancia razonable por primera vez invadió el espacio personal del humano, tomando su rostro con una mano y mirándolo con esa sonrisa perturbadora. Stiles hizo lo que pudo por librarse de su agarre, sin conseguirlo. Estúpidos hombres lobo.

-Oh, querido Stiles, me encantaría trasnochar en una interesante conversación contigo. Pero mi cutis no se mantendrá solo y tú necesitas dar ese "importante" examen. — Se encogió de hombros como pudo, manteniendo su agarre en el rostro de Stiles.

-¿Y entonces qué mierda quieres? — Le lanzó una mirada molesta. No podía cometer un crimen, no al menos en la sede del FBI y no al único pariente que tenía Derek cerca, por más que quisiera.

-Bueno, no tengo a dónde ir. Si fueras tan amable de darme hospedaje solo por esta noche, sería fantástico. — Su tono lastimero contrastaba completamente con la expresión de sus ojos en los que podía ver que no tenía ningún sentimiento que pudiera descifrar.

-Suéltame ahora. — Ordenó con los dientes apretados. Odiaba que lo obligaran a hacer algo, mucho más cuando era una manipulación tan barata como esta.

-¿Me dejarás quedarme? — Interrogó, todavía demasiado cerca.

-Está bien, sólo no me toques. Tú duerme en mi cama si quieres, yo dormiré en la de mi compañero. — Exclamó fastidiado. Y fue solo en ese momento en que el mayor soltó su agarre y sonrió más, complacido.

STEREK 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora