VEINTE Y CINCO

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Disfruten 🌚.

Hey, ¿alguna vez han tenido esos momentos donde pensaron que se iban a morir de la risa? Bueno, si no lo han echo soy el candidato perfecto para decirles exactamente lo que se siente. Anexo A:Las historias que los padres de Tom contaron en el desayuno.

-Oh nuestro TomTom era el niño más bonito cuando era pequeño. Siempre andaba por la casa sin pañal y comiendo algo.- Su madre sonrió y le pellizco las mejillas y estuve a punto de escupir el café.

-Y cariño, no olvidemos la manera en la que gustaba correr desnudo por el jardín. ¿Recuerdas el día en que le dio un susto tan grande al jardinero que gritó e hizo que TomTom se orinara?- Me cubrí la cara con las dos manos mientras me doblaba sobre la mesa en agonía absoluta. ¡Esto era lo mejor!

-¡Tenía dos! Los niños de dos años se orinan cuando están asustados. ¿Podemos hablar de otra cosa, POR FAVOR?- Le sonreí y estreche la mano de Tom por encima de la mesa.

-No seas tan aguafiestas, amor. Quiero escuchar más.- Traducción:Cálmate mientras recojo material de chantaje legítimo en caso de que metas la pata y me hagas enojar.

-Cariño, hay muchas historias que contar. Tom solía ser el alma de la fiesta.- Tiene que estar bromeando, quiero decir, ¡¿qué diablos pasó?!

-Sí, eso fue antes de descubrir la responsabilidad.

-Ay, hijo. Eso duele. ¿No sabes que tu madre y yo hemos conocido la responsabilidad durante mucho más tiempo que tú? Eso no quiere decir que no puedas divertirte. Además, ¿preferirías correr desnudo o meter la cara en una olla de agua hirviendo?- Tom hizo un gesto de exasperación y llenó su boca con panqueques. Lo que me lleva al anexo B:Las cosas que hace Tom cuando sus padres cuentan estas historias.

-Entiendo el punto, papá. Bien, ahora que ya me visitaron. Es hora de que se vayan.- La madre de Tom hizo un puchero y pude ver de dónde sacó su lado adorable.

-Pero no podemos irnos tan pronto, no sin conocer mejor a Billy. ¿Puedo llevar a Bill de compras?- ¡Claro que puede! Me sonrió y asenti con la cabeza.

-Eso estaría bien, pero no tiene que comprarme nada.- Ella sonrió y negó con la cabeza.

-Pero yo quiero. TomTom nunca me deja ir de compras con él.- Tom se aclaró la garganta y me dio un codazo.

-Tenemos que trabajar.- Hice un puchero y puse mi cabeza en su hombro.

-¿Ustedes dos trabajan juntos?

-Sí, es mi secretario.- Su padre silbó y movió las cejas.

-Diablos hijo, ¿eres un hombre fetichista, no? Sabía que eras igual que tu padre.- No tenía que mirar a Tom para saber que estaba más rojo que una señal de pare.

-Muy bien, ya es suficiente. Bill, vamos a trabajar.- Agarró mi muñeca y me levantó de la mesa de desayuno. Agarré mi café antes de que pudiera llevarme.

-Bueno, no vamos a molestar, pero vamos a venir más tarde. Billy, te voy a comprar unas corbatas lindas y camisas. Eres tan bonito que te verías bien en cualquier cosa.- Le sonreí.

-Gracias mamá Trümper. ¡Nos vemos más tarde!- Tom prácticamente me lanzó mi bolso en la cabeza y me envolvió en mi chaqueta. Cuando llegamos al auto, yo estaba sin aliento.

-¿Mamá Trümper? ¿Qué diablos?- Rodé los ojos y abroché mi cinturón de seguridad.

-Cálmate amor, solo estaba siendo amable. Realmente son dulces.- Nada que ver con mi madre y mi padre. Siguen pensando que ser gay es una fase.

D̸E̸V̸I̸L̸ B̸O̸S̸S̸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora