Llevando a cuestas a Yuji a su habitación y dejó al chico en la cama, temía que no soportará su aroma, dado que nunca pensó en olfatear algo igual antes, era tan distinto. Busco los supresores entre sus cosas, los había visto antes ya que Yuji era cuidadoso con su celo, no entendía que sucedía.
—Yuji...Yuji ¿Tus supresores? ¿Dónde están?—palmeo sus mejillas para despertarlo, Gojo evitaba respirar fuerte pese a la sensación que le provocaba, su mente se nublaba «¿Por qué su aroma es tan acogedor?...» pensó Gojo el cual no tenía sentido para el Alfa dado que el aroma debía ser seductor, atrayente, sin embargo el de Yuji lo hacía sentir simplemente apacible, con una fuerte sensación de protección, ante el celo de otros siempre fue lo suficiente fuerte para tolerarlo, pero con Yuji estaba perdiendo la cabeza por otro razón. El chico abrió los ojos, con su respiración agitada miro al Alfa tomando su mano.
—Me siento mal—le dijo suplicando.
—Yuji dime ¿Dónde están tus supresores?—Gojo se alejó a la fuerza.
El Omega apenas podía mantenerse cuerdo, el dolor se hacía más fuerte , su vientre ardía como un fuego que no podía apagarse.
—Duele, Gojo-san...ayúdeme.
Gojo se le quedó mirando por unos segundos y pudo sentir como su Alfa interno se apoderaba de su instinto, apretó sus manos contra la cabecera de la cama para evitar estrecharlo entre sus brazos. Así que lo único que pudo hacer fue correr fuera de la habitación y cerrar la puerta tras él, se recargó en ella, pudo sentir como su corazón palpitaba muy rápido.
—Debo buscarle supresores, pero...
Los Omegas tenían supresores recetados especialmente para ellos cuando son mayores, dado que la química de su cuerpo varía y los supresores genéricos no sirven de mucho, recordando la caja que Yuji tenía era un supresor recetado, tal vez por su hermano.
—¿Qué hago? No puedo dejar que el...su hermano, eso es.
Tomó su móvil y llamó al hospital donde trabajaba su hermano, preguntando por él. Una hora después alguien tocó a su puerta, Gojo estaba en el suelo soportando ese delicioso aroma, evitando acercarse a la habitación de Yuji.
Al abrir, Choso le importo poco saludar, tomó una mascarilla de su bolsillo y de un bolso sacó otros instrumentos, una jeringa con un líquido azul.
—Espera eso—Gojo se sorprendió al ver el objeto.
—Necesitare tu ayuda, ponte esto—le dio una mascarilla también.
Los dos entraron a la habitación, con la mirada le indicó que sostuviera al Omega, pero Gojo se negó.
—¡ARG!—Yuji se quejaba sosteniendo su vientre—.Lo siento, niisan, lo siento—hablaba entre delirios, Gojo escuchó sus lamentos, Choso golpeó su hombro.
—Sostenlo—le ordenó a Gojo quien lo tomo por sus hombros para mantenerlo en la cama, pero Yuji se despertó de golpe y le tiró puñetazo en cara, Choso se le quedó viendo, Gojo tenía sangré en la nariz pero pudo ver una leve mueca de sonrisa debajo de la mascarilla.
—Solo inyéctalo—le rogó este.
Tras la inyección, no tomó mucho tiempo para que se quedará dormido. Choso y Gojo se calmaron en la cocina, sentados bebiendo un poco de agua, siendo el médico quien le dio una tableta.
—Tómala te tranquilizará, no es un supresor Alfa, solo es algo más suave—luego sacó una compresa fría para su cara, ahora se podía ver más esa risa llena de malicia.
—Deja de gozar esto, sé que no te caigo bien, pero eso fue demasiado.
Choso borró su risa y volvió a ponerse serio.
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Estación Shinjuku (JJK)
FanfictionLa ley debe proteger al débil, la justicia es para aquellos que desean el orden, pero donde la humanidad ha evolucionado hay casos que no pueden tratarse de la misma manera, por ello hay detectives que deben hacerse caso, su instinto lo es todo para...