Capítulo 25 El deseo

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Tras finalizar la segunda parte de juicio, Choso fue llamado por Megumi para verse en un café cercano a la corte, justo al otro lado del edificio gubernamental, al entrar Choso captó las miradas de todos, su vestimenta y esas ojeras de sus noches sin dormir en el hospital sumado a su atractivo físico, en definitiva era llamativo, nadie podría adivinar que era un doctor, más bien parecía un idol del rock.

Al ver a Megumi en una esquina fue hasta él, parándose justo al frente.

—No sería correcto vernos al acabar el juicio.

—Eso no importa, después de todo, ambos mentimos, ¿no?—Fushiguro mirando la taza de café en su mesa.

Choso se sentó y asintió, observando por la ventana a su derecha.

—Si, no dijimos nada de Ryuji para proteger a ambos—luego giró para verlo—¿Qué necesitas?

—Te envié un mensaje porque en unos minutos estará aquí afuera esperándonos.

—¿Qué dijiste?

—Lo convencí, no más bien tuve que chantajearlo para verse contigo, siendo el caprichoso que es, se le ocurrió hasta el día de hoy y viene personalmente para llevarnos a otro lugar y hablar.

—¿Por qué no me dijiste antes? Yo...

—Te lo dije, es demasiado caprichoso, apenas me dijo ayer que nos veríamos hoy. ¿Vendrás?

—Claro que lo haré, necesito saber ¿A qué va todo esto?

Tal como Megumi dijo recibió un mensaje que salieran, al estar afuera el auto llegó, el Alfa se fijó por la ventana y vio a un conductor desconocido, hasta el momento cuando Sukuna lo veía lo hacía solo, pero esta vez no, él era pasajero en la parte trasera del auto de lujo.

—Suban—ordenó el rey.

Choso no podía creer que estaba al fin ahí, subiendo en la parte trasera con él, mientras que Megumi subió en el lado del copiloto.

El automóvil dio marcha y se fueron de ahí, conduciendo por un largo rato, Choso intento hablarle pero Sukuna no respondía a nada.

—¿Por qué te fuiste? ¿Qué has estado haciendo todo este tiempo? No sabes lo que Yuji y yo...

—Megumi ¿No le dijiste a mi hermano mayor que solo hablaríamos por tiempo limitado?

—No, pero no te veo contestando, eso significa que él sí puede hablar, ¿no?

—¡Ja, ja, ja! Buen punto—sonreía Sukuna por haber caído en su juego.

Choso veía Fushiguro cómo interactuaba con su hermano, era más que obvio que Sukuna parecía apreciarlo lo cual era raro, puesto que de pequeño no tenía amigos como lo hacía Yuji. El resto del camino decidió guardar silencio, si quería respuestas debía esperar, finalmente tras 2 horas de camino llegaron a la costa y luego a una mansión moderna en frente a la playa, era un lugar muy exclusivo y por lo tanto muy caro.

Los tres bajaron y subieron al segundo piso donde se encontraba la sala de estar, Sukuna se quitó el saco y dejó ver sus tatuajes bajo la seda blanca de su camisa.

—¿Te hiciste todo eso?

Sukuna sonrió y fue al bar, tomó una botella de buen licor y se sirvió un vaso.

—¿Quieren?

Fushiguro negó con un gesto, Choso también se negó aun así, Sukuna le sirvió un trago a cada uno.

—Se lo pierden, es muy bueno.

Choso observó el lugar unos instantes mientras que Fushiguro solo se quedó parado recargado en la pared.

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⏰ Última actualización: Sep 01, 2024 ⏰

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