Capítulo 13 Combates

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Los días pasaban y tras el altercado que ocurrió con los dragones negros, Yuji evitaba toparse con ellos, sin embargo estaba preocupado por Maki, de la cual no había logrado saber algo, intento pedirle a Kirara que lo ayudara pero decirle implicaría revelarle la verdad.

Cada día Gojo regresaba tarde al departamento, lucía cansado pero no le decía mucho, el plan seguía igual. Él debía asistir a la pelea final y confiar en él, sin embargo sabía que algo ocultaba, Yuji no era tan tonto para no darse cuenta, así que la noche antes de la gran pelea decidió hablar con él.

—¿Me mandaste mensaje?—Gojo viendo su móvil, dado que Yuji lo citó en la azotea—.Es ridículo, estoy a unos pasos.

—Gojo-san, necesitamos hablar—dijo muy serio el chico—.Me está ocultando algo, ¿cierto?

—¿Qué te ocultaría?

—Yaga me avisó que el operativo se realizaría, pero no me ha dicho que debo hacer yo, eso ¿no es extraño? Soy su compañero, no puedo simplemente dejar que otros hagan mi trabajo—reclamó el chico, a lo que Gojo veía venir, fue hasta la cornisa y se sentó en ella.

—El plan es simple, vamos a realizar una redada en el almacén, pero no quería decirte nada, porque te has encariñado con todos ellos—le dijo, Yuji recordó cada rostro de los chicos del gimnasio, de Kirara, Hakari, este último aunque loco le había caído bien, además estaba Todou que al enterarse de la muerte de Osamu lloro por él, además estaba Maki, Mai y Midori—.Es mejor que estés al margen de todo esto, tu solo debes pelear, tú serás el centro de la operación, la distracción para atraer a todos y luego capturarlos.

—Gojo-san, pero ellos son...

—Yuji son criminales, eso es todo, deben pagar por todo lo que hicieron, y como tu superior harás lo que te diga, es todo—el mayor se levantó y le dio la espalda, su voz era fuerte y resonó en los oídos de Yuji.

«¿Acaso está usando su voz de mando?...» pensó Yuji al sentir un escalofrío, pero no fue así, fue la frialdad con la que suele actuar lo que le dio ese escalofrío.

Gojo se dirigió a su habitación, recordando como Yuji se puso en su celo, el estrés de todo eso lo tenía demasiado emocional, suspiro.

—Creo que ya no deberíamos ser compañeros—murmuró para sí mismo, pero noto una agitación en su pecho, la cual lo estrujo tanto que se fue hasta el suelo—¿Qué está pasándome? Pienso demasiado en ese chico, no debería ser así. Fue cuando recordó algo que platico con Geto una vez, hacía mucho tiempo.

Hace 17 años...

La preparatoria era un gran nido de amores por todos lados, estando en la flor de la vida por así llamarlo, era imposible no ver parejas profesando su amor en cada esquina.

—¡Puaj! Que asco—Gojo que mientras caminaba por los jardines para ir al campo de soccer vio a una pareja besándose.

—Vamos, es la primavera Satoru.

—Que tonterías, si un día me ves así, por favor asesíname—Gojo con una mímica de cortarse el cuello.

—¡Ja, ja, ja! Satoru, es normal, aunque...

—¿Aunque?—Gojo al verlo pensativo, colocándose frente a este, sujetando el balón entre sus manos para jugar.

—Como Alfas dicen que podemos tener una pareja predeterminada, ¿crees en eso?—le cuestiono.

—¿Eso del destino? Claro que no, es absurdo, cuentos chinos, un Alfa que al encontrar a su Omega haría todo por él, incluso morir si es preciso, no sabía que fueras un romántico.

Estación Shinjuku (JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora