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"You and me are a twisted fantasy"
El vehículo de su padre se estacionó frente al taller en donde trabajaba Sunghoon. Eran las 7:25 a.m, en la vida se había despertado tan temprano como lo había hecho hoy, pero valía la pena, cualquier cosa lo valía si el pelinegro estaba involucrado en ello.
Se despidió de su papá y bajo del auto con una sonrisa en sus labios. Había repasado miles de veces lo que haría hoy y como lo haría. Se había vestido con un top muy bonito que había comprado en un local de segunda mano y procuro que su piel se viera mucho más brillante y suave.
Sabía que se había dicho a sí mismo que no buscaría ser el novio de Park, pero era difícil, quería que esté viera lo lindo que era, que se fijará en él y quisiera tocarlo.
Algunas veces dejaba que su imaginación fantaseara con Sunghoon, se imaginaba siendo su novio, tomando su mano y besándose, imaginaba las masculinas y tatuadas manos tocando su cintura, acercándolo a su cuerpo y dejándose llevar por el calor. Imaginaba como se sentirían los labios del pelinegro en su cuello, en sus muslos y en sus pechos. Deseaba a Park, le gustaba, pero también lo deseaba con todo su cuerpo.
Comenzó a sentir como se humedecía entre medio de sus muslos, alejo esos pensamientos de su cabeza para no empeorar la situación. No era momento para excitarse con escenarios ficticios que creaba su mente, no ahora.
Respiró hondo y se encaminó hacia la entrada del taller mientras pensaba en lo que le diría a Park, estaba nervioso y no quería que lo notará.
Entró y lo primero que pudieron ver sus ojos fue al pelinegro con una camiseta sin mangas, dejando expuestos sus musculosos y tatuados brazos, estos estaban manchados con lo que suponía y era aceite. Sus manos estaban ocupadas arreglando la parte delantera de una motocicleta.
Aquella imagen no lo ayudo en nada para calmarse, su mente solo pudo crear más y más escenarios en donde el era el protagonista y Sunghoon no hacía más que tocarlo mientras se encontraba en la parte trasera de un auto.
Apretó sus piernas temiendo que alguien notará lo mojado que se encontraba solo con la imagen que le daba Sunghoon, se sentía culpable, estar imaginando esas cosas con alguien que ni siquiera le agradaba su presencia no era sano.
- ¿Necesitas algo, precioso? -Hizo el esfuerzo para dejar de mirar a su compañero para poner sus ojos en un hombre unos centímetros mayor que él, tenía el cabello naranja y en su cuello habían diversos tatuajes de colores. Un pequeño sentimiento de incomodidad se instaló en su pecho, no le gustaba la forma en que esa persona lo estaba mirando.
-Estoy buscando a Sunghoon. -El pelinaranja soltó un silbido y con una sonrisa lo miró de arriba abajo sin ningún escrúpulo.
-No sabía que Sunghoon se estaba follando a tan linda muñeca. -Un fuerte sonrojo se apoderó de las mejillas del porrista al escuchar esas palabras, deseaba que fueran reales.
