𝗍𝗋𝖾𝖼𝖾.

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"You've never been to heaven, have you?"

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—Llegamos, precioso. —Jungwon bajó del vehículo emocionado al ver el inmenso lugar al que Sunghoon lo había llevado y lo que más lo sorprendió fue el hecho de que este supiera exactamente en donde siempre había querido ir en una cita.

─¿Cómo supiste que quería venir aquí? —Se volteó y vió a un sonrojado Park con la mano en su cuello, se miraba avergonzado y le causaba mucha ternura al porrista verlo de esa forma.

—Heeseung una vez lo mencionó. —Tomó la delicada y suave mano del rubio y lo llevó hacia la entrada del acuario, quería desviar el tema para dejar de estar apenado por ser descubierto. En cierta parte era verdad lo que había dicho, heeseung se lo había comentado hace algunas semanas, pero más que nada fue porque el mismo le había preguntado de forma discreta sobre los gustos de Jungwon en ese tipo de cosas.

Cuando ambos chicos estuvieron dentro del establecimiento, el lindo porrista no pudo contener su emoción al estar ahí. Tiró de la mano del palido y lo guío por todas las criaturas marinas que pudieran ver.

Luego de un rato, Sunghoon lo guío a un acuario enorme lleno de medusas de todo tipo y colores, provocando que los ojitos del rubio brillarán ante la hermosa escena que estaba frente suyo.

—Mira lo preciosos que se ven, Hoonie. —Su mirada seguía fija en las medusas apreciando cada una que podía ver de cerca.

—Definitivamente precioso. —Y aunque en ese momento Jungwon pensó que el pelinegro se estaba refiriendo a la vista que tenían, este no le estaba prestando ni la más mínima atención a las medusas, su vista estaba fija en el hermoso pelinegro a su lado, observando como sus ojitos brillaban, al igual que en sus labios se había dibujado una bella sonrisa. No se arrepentía de haber dejado de lado su orgullo para comenzar a tener una buena relación con él.

Siguieron recorriendo el lugar por otras dos horas, deteniéndose y hablando de los peces que se encontraban, al igual que tomando fotos del otro de vez en cuando. En algún punto, se toparon con una tienda de recuerdos y Jungwon emocionado se acercó para ver los bonitos peluches y objetos que tenían expuestos, pero uno en particular fue el que llamó su completa atención, se acercó a este y quedó más que enamorado al ver ambos colgadores con una medusa, la única forma de distinguirlos eran sus colores. En su mente, no pudo evitar pensar en ellos como colgadores de parejas, lo cual provocó que inmediatamente los sacará y fuera a la caja para pagarlos.

Cuando volvió donde Sunghoon este lo veía curioso por la pequeña bolsa que tenía en sus manos. — ¿Qué compraste, lindo? —Dudo en decirlo, comenzó a sentir vergüenza por su bobo pensamiento, Park y el no eran pareja aún, pero ahí estaba el, comprando cosas cursis para ir a juego.

De la pequeña bolsa sacó ambos colgadores y se los mostró al pelinegro avergonzado, esperaba que le gustarán lo suficiente para usarlos.

—Son muy lindos, ¿en dónde los pondrás? —El pelinegro ignoró la pregunta y estiró su mano para tomar el celular que sujetaba Sunghoon. Estuvo unos segundos buscando la forma en que se quedará firme el colgante azul, de igual forma Jungwon hizo lo mismo con su propio celular, pero con el de color rosa y se lo mostró al chico delante suyo, dejando a este mudo por la impresión.

—Pensé que podíamos llevar colgantes a juego, si no te gusta puedes quitarlo. —Con rapidez Park negó ante las palabras tímidas del lindo porrista.

—Me encanta, gracias, cariño. —Se acercó a este y le dio un suave beso en la frente, demostrando su agradecimiento y que no había nada de que preocuparse, le había fascinado aquel pequeño detalle, aquellos provocó que una vez más cayera a los pies de Jungwon. —Ahora, vamos, tengo que llevarte a otros dos lugares.

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