(♡) › 𝗄𝗂𝗅𝗅 𝗆𝗒 𝗍𝗂𝗆𝖾.

𝖽𝗂𝖾𝖼𝗂𝗇𝗎𝖾𝗏𝖾.

"I don't wanna kill my time with somebody else"

-Sunghoon no puede venir más a esta casa sin que yo esté para supervisarlos. -El señor Yang se veía bastante enojado, y cómo no estarlo, no fue algo agradable llegar a tu hogar y escuchar los gemidos de tu hijo menor.

-Pero papá, ya dijimos que lo sentimos.

-Jungwon, debería prohibirle a tu noviecito la entrada a esta casa, pero no lo estoy haciendo, así que nada de reclamos o sino cambiaré de parecer. -El Pelirojo hizo un puchero y con una adorable cara de enojo se fue a su habitación dejando atrás a Park y a su padre, creando un ambiente incómodo entre ambos.

-Lamento lo que ocurrió, señor Yang, no volverá a suceder. -El pelinegro por quinta vez en menos de una hora hizo una reverencia, maldecía a su libido tan alto, por esa razón ahora su futuro suegro se había llevado una mala impresión de él; no lo malentiendan, no sé arrepiente de haber follado al lindo porrista contra la puerta, lo haría de nuevo, pero se arrepentía de que los hayan descubierto y justamente que haya sido el padre de Jungwon.

-Eso espero, Sunghoon.

-Con su permiso. -Se levantó e hizo una última reverencia antes de ir a la habitación del rubio, ya se acercaba la hora en que debía irse a su hogar y por más que le gustaría quedarse a dormir no creía que el señor Yang aceptará la idea.

Al entrar al cuarto vió a un lindo pelirojo sentado en la orilla de la cama jugando con sus piecitos distraído.

- ¿Qué ocurre, lindo? -Se acercó y el porrista inmediatamente lo abrazo, posando su cabeza en el marcado abdomen del pelinegro.

-Nada, solo quiero estar contigo por más tiempo. -Como un mimoso gatito, se comenzó a frotar contra el estómago de Sunghoon, este encontró esa acción tan tierna que comenzó acariciar la roja cabellera de Jungwon.

—En un rato me tengo que ir, pero mañana te pasaré a buscar antes de ir a la escuela, ¿te parece, cariño? —Los mimos en su cabello continuaron mientras hablaban.

—De acuerdo, Hoon. —Jungwon se sentía un poco triste por la ida del pelinegro, le gustaba tenerlo cerca y tener su atención, era todo lo que siempre había soñado, algunas cosas habían sido distintas, pero amaba esa distinción, amaba todo lo que tenía que ver con Sunghoon.

Y aunque ninguno de los dos lo dijo, ambos sabían que sus corazones estaban en sintonía y fue la mejor sensación, saber que aquella persona especial para ti corresponde tus sentimientos y te quiere en su vida. Se sentía de una forma tan maravillosa y preciosa, que lo único que en sus mentes se cruzaba era que querían estar con el otro para toda una vida.

✿

Había pasado una semana después de aquel encuentro entre ambos amantes y todos podían notar el visible cambio entre ambos. Sunghoon seguía igual de antipático y reservado, pero por los pasillos siempre se le podía ver sonriente si un lindo porrista pelirojo estaba a su lado; tomándole la mano o dándose cariñosos besitos. Por otro lado, Jungwon se veía mucho más alegre de lo que ya era, todos estaban de acuerdo en que cuando esté estaba junto al tatuado se le veía brillar, como si algo lo hiciera iluminar todo el salón.

Aún no eran novios, Park no sabía cómo preguntárselo y eso lo estaba estresando, quería que el pelirojo fuera su novio de forma oficial, poder presumir la preciosa e increíble pareja que tenía. Poder decirle a esos imbéciles que veían con otros ojos a su chico que este ya tenía a alguien, que lo tenía a él y que así sería siempre.
Sunghoon no sabía qué mierda tan buena tuvo que haber hecho en su vida para que alguien como Jungwon estuviera a su lado, queriéndolo tan incondicionalmente como lo hacía. Pero no importaba, nada importaba mientras el rubio estuviera con él.