#17 - ¿Qué es el amor?

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Ambas llegaron al día siguiente hacia la granja Hirai, y aunque esa mañana Sana se había acobardado y se negó completamente a ir, Mina la convenció de por lo menos ir a cachetear a Momo, y Sana, siendo alguien que salía con casadas solo porque le gustaba pelearse a todo dar con sus esposas, se convenció finalmente al escuchar que podría golpear a alguien, y más si era a la closetera que la usó.

Hasta emocionada estaba.

— Hola, Momo, ¿podría hablar con Nayeon un momento? — Mina fue la que primero habló cuando la alfa las atendió.

Momo al parecer nerviosa asintió, y Mina tan solo las dejó a solas para que Sana cumpliera con lo que venía, aunque dudaba mucho que Sana se atreviera a golpearla si Momo era bastante grande y fácil podía sacar a patadas a su amiga, pero lo dejó a la suerte y fue en busca de Nayeon hacia el establo de caballos, donde esa alfa se la pasaba más.

La encontró cepillando a uno de esos equinos. Su mano derecha pasaba el cepillo por el costado del caballo y su izquierda acariciaba ocasionalmente, parecía feliz porque tenía una sonrisa inusual en sus labios al acariciarlo.

Pero el aroma rápidamente captó la atención de Nayeon, era su favorito y sabía a quién le pertenecía, así que inmediatamente volteó hacia las puertas, donde Mina la veía. Frunció el ceño y dejó el cepillo, escuchando los bufidos del animal pero estaba curiosa y feliz de la repentina presencia de la omega.

— Hola, ¿qué haces aquí? — preguntó con una voz más suave, una que ha estado practicando para borrar la manera tan tosca con la que se expresaba, al igual que abrazó a Mina por los hombros, añadiendo con eso que le gustaba que estuviera allí.

— Necesitaba verte — dejó un suave beso en su mandíbula.

— Podemos vernos, pero tengo que trabajar.

— Descuida, Sana está distrayendo a Momo.

Con eso, Nayeon asintió. Solo le dijo que esperara un momento para dejar al caballo más cómodo y así llevarla a sentarse juntas en las tablas de madera de afuera, para lo que sea que la omega quisiera hablar, pues debía ser importante si Mina interrumpía de esa manera su horario ocupado.

Cuando obtuvo la completa atención de Nayeon, Mina tomó un fuerte respiro antes de contarle.

— Cuando yo era niña, emm — dudó un momento, viendo a Nayeon confundida pero atenta — Bueno, tenía ocho años más o menos, tuve una pesadilla, algo típico, pero tenía demasiada vergüenza de ir con mi hermano mayor, ya que sabía que se burlaría de mí... Entonces fui a con mis padres, pero en eso escuché ruidos de su habitación. Cuando abrí la puerta ellos estaban teniendo relaciones íntimas, y había algo que creo que me impactó mucho hasta ahora... Ellos nunca se habían demostrado amor, pero en ese acto escuché a mi madre decirle 'Te amo', una frase que nunca, ni antes ni después de ese suceso, los había escuchado decirse, por lo que relacioné al amor con el acto sexual.

Nayeon asintió, tratando de entenderle, mientras Mina se dispuso a contarle lo mismo que Sana.

La manera en que había visto a las amantes y a las parejas. Lo contó todo directamente, el cómo se acostó innumerables veces con alfas con las intenciones de tener pareja, que cuando le dejó su número en aquel cuaderno de dibujos esa era su intención, que para ella desde hace mucho eran pareja, la manera en que vio al sexo como la mayor muestra de amor y por eso se entristeció un poco cuando habían tenido citas sin haber acabado en una cama. Le contó la relación con sus amigos que, Sana explicó, estaba mal, al igual que le contó que lloró la noche anterior cuando pensó que ella no la amaba.

No se escondió nada, quería que Nayeon la viera a como es, como una omega inexperta de las relaciones, que toda su vida ha sido rechazada, que posiblemente solo tenga una amiga verdadera, y que en ese mundo estaba completamente desorientada.

Cuando Nayeon entendió todo, pareció que cada acción confusa y peculiar de la omega tuvo un sentido.

La confianza que le tenía, la manera en que la trataba tan afectuosa, la acción de ayudarle en su celo (porque es algo que las amantes pocas veces hacen, ya que es bastante reservado para parejas oficiales), y el cómo la noche anterior le preguntó:

'¿No éramos pareja ya?'

Cada pequeño detalle que ella dejó pasar, agarró un sentido diferente, y pudo entender el por qué de cada acción, dicha o silencio.

— Solo quería hacerte una pregunta — Mina susurraba, sus ojos estaban brillosos de lágrimas contenidas — Después de pensarlo mucho ayer, yo sé que te amo, Nayeon, pero... ¿tú me amas... o por lo menos, me quieres?

Nayeon no supo qué contestar.

Hace tan solo poco había aceptado que le gustaba Mina. Con ayuda de Felix descubrió esos sentimientos primerizos que crecían en su pecho, ¿pero amarla? Nayeon no tenía la certeza porque no conocía bien ese sentimiento, nunca le hablaron de él. Solo ha amado a alguien en toda su vida, y fue fraternalmente a su hermanita, pero románticamente estaba completamente desorientada, nunca pudo desarrollar ese sentimiento antes.

— Te seré completamente sincera — Nayeon empezó susurrando — No lo sé... — suspiró — Nunca he amado a alguien de esa manera, no sé muy bien que significa ni cómo debe sentirse. Sí de algo tengo certeza es que eres especial para mí, Mina, cada que te veo siento algo en mí, es como un revoltijo, me llena de emoción y solo quiero tenerte cerca mío. Me gusta cada parte de ti, incluso me gustaría descubrir las que todavía no conozco y quererlas, porque te quiero, es algo que creo sí sentir, pero amar... — se detuvo, viendo los ojos cristalinos que seguían esperando su respuesta, y Nayeon entonces se sinceró lo más que pudo — Si lo que siento no es amor, entonces creo firmemente que lo será pronto, y si sí lo es, entonces te amo demasiado, Mina.

Y si sus palabras no eran suficientes, Nayeon quiso expresarle todo con el beso que le dio.

Fue suficiente para tener a la omega besandola con fervor, emocionada por lo que escuchó y por lo que podía ver y sentir dentro de sí. Mina tomó su mejilla, acariciando ésta mientras chasquidos se escuchaban de sus labios. Sintió las manos poco limpias (por el trabajo) de Nayeon acariciarle la cintura y subir hasta sus brazos.

El beso se detuvo segundos después, pero Mina la abrazó, escondiéndose en su hombro al igual que Nayeon hizo con ella, abrazandola contra su cuerpo con todo el sentimiento que podía expresar desde su pecho, sintiendo a Mina sollozar en su pecho, porque la omega estaba emocionada.

Con esa declaración, ese beso, y ese sentimental abrazo, Nayeon estaba dejando algo importante.

Estaba dejando de lado la idealización que tenía de Mina, aceptando que la omega no era "la definición perfecta de la feminidad" a como ella pensó en un inicio. Estaba aceptando con brazos abiertos que la omega era más compleja de lo que pensaba, y que eso estaba más que bien. Su ilusión era que era sumamente perfecta, una mezcla clara de dulzura y sensualidad, pero Mina podía expresar más que eso. Mina podía llorar, sentir enojo y tristeza, y eso Nayeon antes no lo veía, sino que veía a alguien con quien pasar sus noches de deseo carnal y saciar ese anhelo por algo perfecto, y aunque ante sus ojos Mina lo era, realmente no lo era. Era humana, perfectamente imperfecta, y Nayeon quería conocerla profundamente, en su completa naturaleza, y eso no solo era la desnudo, era todo lo podía sentir y expresar, todo lo que podía ser, con todo lo que hicieron de ella.

Para que una relación amorosa se sostenga debe haber consistencia, aunque esta destruya la magia y la ilusión de la perfección, y Nayeon está totalmente dispuesta a romper esa ilusión de una vez por todas, para iniciar una buena relación con Mina.

¿Qué es el amor? Nayeon no sabría describirlo, pero estaba segura que podía sentirlo.

AMANTES DEL ARTE ☆ MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora