#07 - Un bonito relato.

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Cuando Mina salió del apartamento de Nayeon, tenía una gran sonrisa y rápidamente dirigió su destino hacia la casa donde vivía junto a Sana, a toda velocidad a contarle todo lo que había experimentado esa noche.

Sabía que si de sexo se trataba, Sana era experta en ello.

De hecho, Mina estaba muy segura de que Sana no estaba sin tener, mínimo, dos veces sexo a la semana. Y alguien como Mina, quien posiblemente lo tenía una vez cada dos meses, lo de Sana ya era mucho. Aunque Sana siempre dice que no entiende cómo Mina pasa tanto sin acostarse con alguien.

Llegando, se encontró con la alfa recostada en el sofá, abarcando todo este, pero se levantó de un salto al verla llegar.

— Me cuentas todo, detalles hasta de cómo estaba el clima, y sin ninguna queja. Siéntate.

La alfa habló rápido y le señaló el sofá para que tomara asiento y le explicara totalmente la noche que había pasado, algo por lo que Mina estaba emocionada de contar.

— Pues empezó con Naoto.

— Que mal comienzo.

La omega simplemente ignoró a Sana.

— Me animó a acercarle a una alfa que había estado sola desde que entramos — mintió un poco, omitiendo la parte en la que Naoto en realidad la agarró y la empujó hacia la alfa de forma brusca, porque sabía que Sana lo odiaría aún más si escuchaba sobre eso — No sé si la viste, era castaña y tenía ropa muy simple, bebía vino y tenía un aroma a bombón, aunque no sé si lo ocultaba en ese momento — estaba ebria al conocerla, por lo que no recuerda haber olido ese aroma hasta esa mañana.

— Mmmh... No, no recuerdo.

— Bueno, pues se llamaba Nayeon. No recuerdo mucho, solo sé que la llamaba muchas veces 'Tierna' y ella era muy amable. Me llevó a su apartamento, ¿y te acuerdas que te comenté sobre las alfas que solo se iban cuando les mencionaba de tenerlo suave?

— Si, les asustaba tu sexo vainilla — Sana asintió, sonriendo con burla.

— Pues ella no, me dejó llevar las riendas a mí las primeras dos rondas y después llevó las riendas ella pero me lo hizo de la misma manera, como a mí me gusta — comento emocionada, recordando a Nayeon. 'Guiame' esa simple palabra en la noche la hizo caer por la alfa, simplemente le maravilló — Y ni siquiera tuve que recordarle el preservativo, de hecho se me olvidó, pero ella lo recordó.

— Raro, mayormente usan cualquier excusa para no usarlo.

Sana, siendo una alfa gay, no necesitaba de los condones como anticonceptivo, pero sí los exigía a la hora del acto por el lubricante que los preservativos tenían, lo que facilitaba el acto para ella, siendo que ella era la que sería penetrada en la mayoría de veces. Ya había tenido varias disputas con sus parejas sexuales cuando estas no querían usar condón con la excusa de que ellas "no lo necesitaban" y Sana nada más se despedía para siempre.

Porque para pelear había muchas personas, y ella en esos momentos las necesitaba solo para follar.

— Bueno, la cosa es que obviamente no sería la única vez — la omega obvió — Cuando desperté, encontré un cuaderno de dibujos donde le anoté mi número y dibujaba muy bien, tenía dibujada esa escultura "David" de la que hiciste un proyecto en preparatoria, muy bonita — sonrió felizmente.

— ¿Todavía te acuerdas de eso? — la voz de Sana se volvió quejosa de manera chillona.

— Quisite hacer una réplica en arcilla y pareciste ser tú la réplica, ¿cómo quieres que me olvidé de eso? — todavía recuerda a su mejor amiga estar gris casi de pies a cabeza por su intento fallido.

— Pasado pisado — Sana le restó importancia y Mina decidió continuar con su relato.

— Antes de irme, bueno, quería hacerle un adelanto de si me llamaba, y pues, le hice un favor con mi boca.

— Se la mamaste, Mina, ¡se la chupaste!

Sana no tenía ninguna vergüenza como Mina, claramente.

— ¡Sí, bien, hice eso!

— ¿Y con esa sucia boca vienes a hablarme? — Sana alzo una ceja, fingiendo estar indignada mientras la veía y le apuntaba.

— Sana, ¿qué es esa mancha en tu camiseta? — Mina contraatacó, señalando la mancha oscura que se veía en la zona alta de uno de los senos de la alfa, quien miró su propia camiseta para notarla y luego sonreír.

— Agua, estaba tomando agua acostada — señaló al vaso de agua en la mesita cercana.

— Y por eso hay aroma de Momo por aquí.

Mina ya había notado el aroma a tierra mojada que aquella alfa poseía, un olor característico de la granja que curiosamente Hirai Momo tenía como propio, y esa era la alfa la que se había convertido en pareja sexual de Sana hace unas semanas. Obviamente, con ese aroma flotando en el aire, Sana había tenido a la alfa como invitada esa mañana.

— Bien, también se la estaba chupando hace un rato, y está en tu habitación duchandose — confesó, moviendo su mano en un gesto para restarle importancia.

— ¿Por qué en mi habitación?

— Tal vez me equivoqué y lo hicimos en tu cama.

— Y yo tal vez te golpee y venda a un burdel — Mina se cruzó de brazos, lo que menos necesitaba es la esencia de dos alfas en su cama.

— Que rico — Sana musitó — ¿Tú crees que sí estuviera en un burdel, Momo me compraría?

Mina rodó los ojos y la ignoró.

— Pero bueno, ¿en serio Momo está aquí? ¿No tiene trabajo?

— Admira eso, dejó su trabajo para venir por mí.

— A por tu culo será — Mina alzó una ceja.

— También, pero me conviene — la alfa presumió, bebiendo un poco de su agua mientras Mina hacía una mueca — Es que, Mina, tiene un paquetote, ni me cabe en la boca — emocionada y con ojitos brillando, simuló tenerlo en sus manos, enseñándole a su amiga más o menos el tamaño que había chupado minutos antes de que Mina apareciera.

— ¡Ya, no quiero escuchar sobre eso! ¡Es lo que he escuchado desde que la conociste! — Mina se tapó las orejas, ella todavía tenía un poco de inocencia, no mucha, pero mayor a la de Sana sí.

— Tú te lo pierdes.

— ¿Sana? — la voz ajena a ambas se escuchó.

Una alfa de cabello húmedo bajaba por las escaleras, una toalla en sus manos seguía sacudiendo su cabello negro para secarlo, y veía a ambas amigas bastante relajada, ya acostumbrada a que pelearan a cada rato. A Sana le brillaron los ojos al verla.

Mina disimuladamente vio sus pantalones al recordar lo dicho por Sana, notando el bulto que se marcaba aún si no estaba despierto, pero dejó de verlo antes de que se diera cuenta. Sana notó sus acciones, riéndose mientras se acercaba a rodear el cuello de la alfa mayor, quien la sostuvo de la cintura y la miró.

— Cariño, ¿puedes decirle a Mina cómo te la chupé-... ?

— ¡Voy a desayunar! — la omega salió corriendo hacia la cocina, escuchando las risas escandalosas de Sana.

AMANTES DEL ARTE ☆ MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora