Su esposa le fue infiel con una de sus amigas, sus padres la hostigan para que pare su divorcio, y encontrar un trabajo estable ha sido abrumador, pero Im Nayeon solo busca vivir sin esas presiones, y Myoui Mina parece ser la omega perfecta con la c...
Ese día era el más esperado por Nayeon, aunque había estado charlando un poco con Mina por mensajes, tenía la urgente necesidad de volverla a ver. Incluso estuvo tentada a pedirle una foto, algo pequeño así sea solo de su ojo porque le encantaban esos ojos brillosos tan bonitos, pero se avergonzó de pedirla y borró el mensaje antes de que la omega pudiera verlo.
Se conformaba con la foto de perfil, donde el rostro de Mina relucía y posaba junto a su mano con dos anillos puestos.
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Era totalmente hermosa, sus lunares no se notaban tanto como en persona por seguramente algún maquillaje, pero aún así le gustaba mucho, tanto que la dibujó nuevamente.
Nayeon casi lograba usar cien hojas de doscientas de su cuaderno por tanto que ha intentado dibujar su ser en esos siete largos días. Y eso que estaba mucho tiempo en su nuevo trabajo, el cual dejó que respirara en paz al tener trabajo seguro. Nayeon estaba segura que, si no hubiera conseguido trabajo, su cuaderno estaría casi lleno por tanto tiempo libre para dibujar a Mina.
Pero ahora se levantó con toda la energía del mundo, se dijo a sí misma que debía ser paciente, aunque se la pasó inquieta todo el día.
Anocheciendo, compró preservativos suficientes, se duchó a fondo para sentirse fresca y colocó un ligero perfume que quedará bien con su aroma a bombón, logrando que al verse al espejo se sintiera de lo mejor. Viéndose a sí misma, se movió para verificar que la ropa le quedara perfecta, quería verse impecable aún si al regresar la ropa sería un estorbo en su cuerpo.
Cuando fue al bar, ansiosa mientras buscaba entre la gente, apenas saludó a Felix mientras se sentaba donde siempre, tomando un fuerte respiro en preparación para lo que posiblemente se enfrentaría. Parecía que estaba a punto de enfrentarse a lo más cruel del mundo, pero solo era a una omega que le gustó y con la que quedó para pasar la noche. No debería ser un gran desafío, pero Nayeon quería verla con una necesidad abismal.
Cuando la vio entrar al bar, en un hermoso vestido negro que resaltaba su figura, un maquillaje ligero que resaltaba la figura de su rostro y esa sonrisa tan dulce en sus labios, Nayeon se levantó de su asiento con anticipación, viéndola desde lejos con sus ojos serios pero totalmente fascinados.
Sintió algo golpear constantemente su pecho, la emoción la tenía con el corazón bastante acelerado, y aunque intentó calmarse un poco, no tuvo mucho éxito.
Mina pudo captar a la alfa donde la semana pasada la miró tomando vino, aunque ahora estaba sin nada en la mesa y parada, y la omega le sonrió en grande al verla. Titubeando, se acercó un poco nerviosa. Era la primera vez que se veía con una alfa por segunda vez, otras veces nunca la llamaban y Sana decía que mejor ni le busque a más, por lo que Mina no insistía, pero esta vez Nayeon le había aceptado. Tal vez esta vez sí podría hacerse, y estaba emocionada por eso.
— Hola, ¿estabas esperando desde hace mucho? — más tímida que de costumbre se paró frente a ella, luchando contra el impulso de querer abrazarla, y mejor la observó más detalladamente.
