Sexto capitulo

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Días después de la celebración del segundo cumpleaños de Harry, la tensión en la casa de los Black-Snape era palpable. Severus y Remus continuaban con sus rutinas diarias, cuidando de Harry con una mezcla de amor y preocupación constante por Sirius. La ausencia del hombre que habían aprendido a amar como padre y esposo pesaba sobre ellos como una sombra persistente, y cada mañana comenzaba con la esperanza de recibir alguna noticia de su paradero.

Esa mañana en particular, Severus estaba revisando las protecciones mágicas en el jardín trasero cuando escuchó un ruido sordo seguido de un suave chillido característico que heló su sangre. Se dio la vuelta rápidamente, varita en mano, solo para ver a un hombre encapuchado y cojeando acercándose a la casa. No necesitó más que unos segundos para reconocer a Bartemius Crouch Jr., conocido en los círculos mágicos como Ojo Loco Moody, un auror experimentado con un historial que hablaba de valentía y tenacidad.

—Ojo Loco, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó Severus, su voz tensa pero controlada mientras mantenía su varita preparada para cualquier eventualidad.

Moody bajó la capucha, revelando su rostro marcado por cicatrices y una expresión sombría que hablaba de malas noticias.

—Severus, necesito hablar contigo y con Remus. Es urgente.

Severus asintió con seriedad y guió a Moody hacia el interior de la casa, donde Remus los esperaba en la sala de estar, su mirada fija en el auror con una mezcla de expectación y temor.

—¿Qué sucede, Moody? —preguntó Remus, su voz apenas un susurro cargado de ansiedad.

Moody se sentó pesadamente en el sofá, tomando un momento para recobrar el aliento antes de hablar.

—He venido a informarles sobre Sirius.

Severus se adelantó, su rostro pálido pero firme.

—¿Qué ha pasado con él?

Moody miró a ambos hombres con compasión antes de continuar, eligiendo sus palabras con cuidado.

—Sirius Black murió en la última batalla contra los mortífagos. Fue un acto de valentía, enfrentando a Voldemort y sus seguidores para dar tiempo a otros de escapar. Lamento decírselos, pero no hubo oportunidad de rescatarlo.

El silencio que siguió fue abrumador, lleno de la realidad cruda y devastadora de la guerra. Remus se llevó una mano temblorosa a la boca, sus ojos llenos de lágrimas reprimidas mientras luchaba por procesar la pérdida de su mejor amigo. Severus, por su parte, sintió como si un vacío se abriera en su pecho, el dolor por la partida de Sirius amenazando con ahogarlo.

—No puede ser... —murmuró Severus, su voz apenas un susurro roto por la angustia.

Moody asintió sombríamente.

—Lo siento, chicos. Sirius fue un guerrero valiente hasta el final. No se rindió.

Remus se puso de pie de repente, sus ojos llenos de determinación mezclada con desesperación.

—Tenemos que hacer algo. Necesitamos... —su voz se quebró, incapaz de articular lo que sentía.

Severus se acercó a él, poniendo una mano en su hombro con gesto de apoyo mutuo en su dolor compartido.

—Lo encontraremos. Iremos a buscarlo.

Moody negó con la cabeza lentamente.

—No queda nada que encontrar, Severus. Lo siento, pero él se ha ido.

Un silencio pesado cayó sobre la habitación una vez más, el dolor y la incredulidad llenando el aire mientras los tres hombres enfrentaban la realidad implacable de la pérdida de Sirius Black. En la mente de Severus, resonaban las promesas que había hecho a Harry y a sí mismo de proteger a la familia que habían formado juntos. Ahora, una parte crucial de esa familia había sido arrebatada por la guerra que parecía no tener fin.

Era tan bueno...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora