• Capítulo VIII •

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[Peligro en el reino]

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[Peligro en el reino]

Eloy yacía sobre un trono de hielo, luchando por mantener el control de sus poderes. Su pierna derecha se movía inquieta, golpeando repetidamente el talón contra el suelo, el eco de la acción resonando en el vasto salón.

⸻Todo va a estar bien, contrólate. No sientas, no sientas...

Se repetía en murmullos, frotándose las manos nerviosamente mientras apoyaba los codos en las rodillas.

⸻No sientas... ¡No sientas!

El crujido del hielo rompiéndose lo hizo detenerse y mirar a su alrededor. Picos de hielo afilados surgían de las paredes, que se teñían de un ominoso tono carmesí.

Bajó la mirada, sosteniéndose la cabeza con ambas manos, respirando de forma errática, preso del pánico. Hasta que escuchó los relinchos de caballos fuera del castillo.

Levantó la vista hacia el balcón y se levantó para observar desde allí.

La princesa Hanna y un grupo de hombres se acercaban cautelosamente al castillo de hielo de Eloy.

⸻Estamos aquí para encontrar al príncipe Andrew y a la joven ____. Estén en guardia, pero no le hagan daño al rey.

Ordenó Hanna, bajando de su caballo y mirando a los hombres.

⸻¿Quedó claro?

Los hombres asintieron mientras los guardias de la duquesa intercambiaban miradas complices. Comenzaron a avanzar hacia el castillo, cuando un gigantesco muñeco de nieve se alzó desde el acantilado y caminó enfurecido hacia Hanna y sus hombres. Con un puñetazo, golpeó el suelo a centímetros de Hanna, quien se apartó justo a tiempo. Los guardias intentaron atacar al coloso de nieve, pero fueron rápidamente derribados.

Eloy observaba la escena con el ceño fruncido.

Los dos guardias de la duquesa lo notaron y exclamaron:

⸻¡El Rey!

Corrieron hacia las escaleras. El muñeco de nieve atacó de nuevo, haciendo que Hanna cayera al suelo helado mientras observaba a los soldados infiltrarse en el palacio.

Los dos hombres buscaban una forma de llegar al rey. Uno de ellos señaló unas escaleras que conducían al segundo piso.

⸻¡Por allí! ¡Vamos!

Subieron a toda prisa, hasta llegar a donde estaba el joven de cabello blanco, apuntando con sus ballestas hacia él. Eloy los miraba con severidad.

⸻No deberían estar aquí.

Uno de los soldados disparó una flecha directamente a Eloy. Pero él alzó una mano, creando un muro de hielo frente a él, deteniendo la flecha a pocos centímetros de su rostro.

⸻¡Rodealo!

Gritó uno de los guardias a su compañero, quien inmediatamente le lanzó otra flecha a Eloy.

FROZEN: Una aventura de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora