Max:
Me veo rodeado de hombres con lanzas apuntando directamente a mi cuello, el pánico se corre por todo mi cuerpo haciéndome que borre cualquier pensamiento lógico, remplazandolo con ideas absurdas.—Baja a la chica —dice uno de ellos, destacaba del resto por su aspecto, poseía un físico de muerte, estaba muy bueno; marcas y cicatrices adornaban sus fornidos brazos y una máscara de lobo ocultaba su rostro—. ¡Que bajes a la chica te he dicho!
Siguiendo las ordenes del hombre dejo con sumo cuidado a la chica en el espeso suelo cubierto de hojas, a lo lejos se escucha un leve zumbido casi imperceptible.
—Oh no, ya están aquí —dice uno de los hombres con voz temblorosa.
—Rápido atenlo y carguen a la chica antes de que lleguen —ordena el fornido chico.
Unos hombres me amarran y con las lanzas apuntan a mi espalda obligándome a moverme, sin poner oposición alguna a todo lo que me hacen tengo que seguirlos sin rechistar.
El zumbido se hace mas fuerte y estruendoso a medida que vamos avanzando y todos los hombres que estan a mi alrededor andan alertas mirando a todos sitios con las lanzas apuntando al suelo.
Uno de ellos cae al suelo y comienza a gritar, no veo nada pero los demás empiezan a atacar a la nada, literalmente con las lanzas estaban pinchando al suelo frenéticamente, no entendía dicho comportamiento hasta que vi la pierna del hombre la cual estaba enrojecida y cuando quito su mano se pudieron observar pequeños agujeros y arañazos, en donde se situaban la piel estaba de un color entre morado y rojizo, la coloración de la piel se empezaba a extender a lo largo de su pierna y iba cambiando de color a medida que pasaban los segundos.
—¡Rápido despierten a Julia! —dice el que a mi parecer era el jefe, si el mismo chico con cicatrices en el brazo y enmascarado.
Uno de ellos comienza a sacudir repetidamente a la chica a la que no hace ni veinte minutos tenía cargada en mis brazos, el tipo la sarandeaba con fuerza pero ella no daba ninguna señal de respuesta alguna.
—¡Julia despierta! —grita a todo pulmón.
Lentamente la chica abre sus ojos y coloca su mano enfrente de su cara, al parecer la claridad le molestaba.
—¿Que pasa? —dice aún con la voz dormida.
—¡Rápido tienes que curar a Afrend!
La chica se levanta del suelo y lleva sus manos a la boca al ver la pierna del hombre. Yo andaba observando todo sin mencionar nada, era como si no estuviera ahí, en ese momento se me pasa por la cabeza escapar, bueno digo yo que si nadie me custodia estoy en todo mi derecho de irme ¿verdad? Bueno teniendo derecho o no me alejo corriendo mientras que los otros seguían de estúpidos atacando a la nada y a la chica sanando o lo que sea que haga con el tipo que estaba retorciéndose de dolor en el suelo.
Corro por todo el entramado bosque, vuelvo a escuchar el zumbido y me mantengo alerta, no quería que me pasara lo mismo que le paso al hombre.
Siento que algo roza mi pierna y reaccionó involuntariamente tirando una patada en la dirección de lo que sea que me haya rozado la pierna.
Un agudo chillido despierta mis sentido y logro ver una criatura pequeña de color verde asemejada a una serpiente sólo que poseía unos brazos pequeños terminado en garras afiladas, poco a poco desde la cola comienza a volverse transparente casi invisible, ahora me doy cuenta porque todos estaban atacando a la nada, es que no veían a la criatura porque era invisible, antes de que se vuelva invisible logró pisarle la cabeza y deja de camuflarse y enrosca su cola en mi pierna haciendo presión en ella, con mi otra pierna libre comienzo a pisarle una y otra vez hasta que afloja la cola pero no me detengo mucho tiempo y continuó Hasta que comienza a salir un líquido verde viscoso y termina por soltarme completamente.
El cuerpo comienza a desvanecerse y en su lugar salen dos esferas que me atraviesan, de la impresión caigo al suelo y me golpeó fuertemente el trasero, mi respiración se vuelve agitada y la cosa viscosa comienza a moverse y de ella sale una criatura más pequeña que la anterior, antes de pisar esta se va moviéndose rápidamente y con maestría hacia algunos arbustos. Corro nuevamente hasta que logró salir a un claro donde me siento más seguro.
Me siento cerca de una roca y comienzo a rozar las cuerdas que ataban mis manos contra la roca para debilitarla o romperla y así librarme de lo que me tenía atado de manos. Al ver la imposibilidad de que se rompa paso al plan B: intentar desatarla con mi boca.
El nudo que mantenía mis manos atadas esta muy bien amarrado de tal manera en la que paso más de dos horas intentando desatarlo.
Cuando estoy a punto de darme por vencido el nudo se afloja un poco y con ayuda de mis colmillos logró quitarlo.
Mis muñecas están enrojecidas por el constante roce de mis muñecas con la cuerda, podría ser peor y tener una que dos llagas en mis manos pero afortunadamente eso solo queda en una maldita posibilidad.
Ahora que estoy desatado y tengo en mis manos una cuerda fina a la que guardo para hacer algo después con ella, aun no sabia ni lo que haría pero para algo me podría servir, vuelvo al bosque y veo que el sol a medida que pasa el tiempo se desvanece más y más rápido hasta tal punto en el que sólo se ven los tenues rayos que quedan de él.
La oscuridad comienza a ser visual y casi juraria que podía tocarla, continuo mi avance a pesar de la oscuridad, si me quedo quieto quien sabe que otra cosa me toparia en este maldito bosque.
A lo lejos veo el resplandeciente de una antorcha y cono cautela me acerco a la providente fuente de luz y calor. Un gran cercado de madera que superaba dos veces mi estatura se rige sobre mi y comienzo a seguirlo por el lado izquierdo, una enorme compuerta se rige por sobre mi cabeza dos veces, encima de ella dos guardias armados con arcos y lanzas vigilan la entrada y conversan entre ellos, afino un poco el oído y logro escuchar parte de la conversación de ellos dos:
—¿Viste la tragedia que le sucedió a Afrend?
—Cómo no verlo si andaba...
—Si, dicen que Julia no pudo actuar a tiempo, es muy débil, no sé porque aun la mantienen en la aldea.
—Está más que claro Ujim. Kian esta cogiendosela.
—¿Seguro? Según los rumores ella aún la conserva.
—¿Entonces porque crees que Kian la mantiene aquí?
—No lo sé amigo, tal vez Kian tenga la esperanza de que logre mejorar con el tiempo.
—Ay por dios Ujim que ingenuo eres, claro que esta cogiendosela, ¿si la has visto? Es una chica bella, tal vez la más bella que haya en toda la aldea, esta mas que claro que Kian tiene los ojos puestos sobre ella.
—No estamos para meternos ahí Tyon, nuestro deber es vigilar que no entre nada a la aldea, no estar metiéndonos en la vida ajena.
—Tu siempre tan recto Ujim algún día eso te saldrá mal; lo sabes ¿verdad?
—Puede, no obstante seguiré siendo así y cumpliré mi propósito como vigilante, tal vez si siga así un día me asciendan a la orden superior.
—No seas ingenuo Tyon, Kian no sabe ni que existes como para que te unas a la orden superior.
—Cállate Ujim, si no quieres problemas mantente callado.
Valla drama tienen formado esos dos, parece que se gustan. Retrocedo un poco y subo hasta un árbol para intentar descansar un poco antes de que amanezca. Tendré que ver como me cuelo en la aldea sin que me tomen prisionero o me maten, tengo que encontrar a Allan y dentro de la aldea probablemente encuentre algún mapa o algo del terreno.
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Tales of Phantasia
FantasyMiles de veces he intentado cambiar mi vida por la de los personajes de los videojuegos; ellos tienen una vida llena de dificultades, dolor y aventuras increíbles. Quería tener una vida de esas, siempre que podía jugaba los juegos; imaginaba y soñab...