Prólogo

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Me dejó hace ya varios meses, de todas formas. Por mucho tiempo intenté recuperarla, planeando ahorrar dinero y revisando varios trabajos que llamaron mi atención, entre ellos un bistro en el que se buscaba personal. Pero no sé nada de restaurantes, ni de comida en general, además leí el periódico y decían que el chef cambiaba constantemente a su personal, me correría de ahí en cuanto tuviera oportunidad.

Terminé por tomar un trabajo en otro sitio, pero para cuando reuní el dinero suficiente supe que ella ya estaba con otro tipo, quizás alguien que si pudiera comprarle lindos vestidos o llevarla a lugares elegantes que le gustaran. Quizás, simplemente, eligió a alguien que si valiera la pena.

Supe que la botaron tiempo después, pero sea cual sea el caso, no me llamó, y dejé de buscar su voz hace un par de meses. Quisiera decir que me alegro saber de su desgracia, pero me entristece  saber que este es el rumbo que a tomado mi vida, que no hay nada que esperar al final del día más que un departamento vacío que a muy a penas se puede llamar decente.

A veces siento miradas detrás de mí mientras recorro el camino a casa, pero casi me hacen sentir acompañado. Llegué a un punto en el que es mejor cualquier compañía que su sombra detrás de mi ventana, necesito urgentemente una confirmación de que es real algo de lo que veo. Tal vez siempre estuve enfermo, incluso más de lo que alguna vez pensé... Tal vez merezco sentir repugnancia al ver el reflejo después de todo. Asco de mí, asco de todos los que sean como yo. Pura basura.

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