Confidencialidad
Aún en tu ausencia tus palabras se clavan en mi cerebro,
Cómo insectos devorándome por dentro, desgarrando cada tejido;
Con mi mente ya podrida empiezo a entenderte;
Comienzo a amar la calidez de la sangre;
A necesitar la agudez del daño para hacerme compañía.…
Todos guardan secretos, es probable que los de la mayoría de las personas no involucren algo que podría hacerlos ver cómo enfermos mentales, algo que podría condenarlos a muerte o a pasar su vida en prisión, pero siguen siendo secretos, ¿no es así?Nunca entendí lo que era el amor realmente, y fue probablemente eso lo que me llevó a aceptar a Vincent como una parte de mi vida, porque sino entendía que era eso de lo que la gente hablaba cuando decía amar entonces podía darle mi propio significado. Quizás amar era saber que esa persona estaba ahí aún cuando otros ya me hubiesen condenado, aunque esto solo funcionaba dentro del mundo en el que me había perdido, mi propio universo en mi cabeza, uno aparte de la tierra donde tuve que nacer.
Mi mundo se convirtió en uno en el que un callejón podía ser en realidad un escondite secreto para los espíritus rotos, y el sentido de la vida puede no ser más que trabajar como mesero en un bistro donde el chef no es físicamente capaz de saborear sus propios platillos y detesta por esto el comer, un lugar donde los cocineros van y vienen y la casa del jefe está en el segundo piso.
Otra noche antes de cerrar, miró al cielo como hacía la primera vez que hablé con Vincent, solo que a diferencia de esa ocasión, ya no llueve. Miro su expresión, sus ojos perdidos cuando volteo a verlo directamente y fijos en mi cuando finjo no darme cuenta.
Sé que él sabe todo de mí y lo poco que yo sé de él es suficiente para saber que ni en este mundo ni en otros fuimos hechos para funcionar dentro de lo que muchos llaman normalidad.
Con mi mirada en el cielo, conectando estrellas, le dirijo la palabra.
—Vince…
—¿Qué quieres, Rody?
Dudo antes de preguntarle si es feliz, a lo que no contesta, pues no sabe a qué me refiero con feliz, y honestamente ni siquiera yo puedo estar seguro. Cambio el tema, hablamos sobre la muerte y le pregunto casi en broma que haría él si yo muriera, esperando algún comentario sarcástico de su parte.
—¿Si murieses? —pareció tomarse mi cuestionamiento más en serio, pues se tomó un momento para pensar—. En caso de que murieras, sé que me comería tu corazón.
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Bitter Plate
FanficEl rumbo de la vida de Rody no ha sido especialmente esperanzador, pues a sus veintitantos ha sido despedido de cientos de trabajos y ha pasado ya por varias desgracias. El pobre parece estar condenado a sufrir en cada posible linea temporal de su v...