1

28 3 0
                                    

Hwang Hyunjin, el mariscal de campo estrella de la Universidad de Yonsei, estaba en el centro de la acción en el último partido de la temporada. La atmósfera en el estadio era electrizante. El cielo nocturno se iluminaba con los destellos de las luces del campo, y el sonido de la multitud era ensordecedor. Hyunjin había demostrado una vez más por qué era el mejor en su posición con una ejecución magistral de la jugada final. Con una combinación perfecta de agilidad, precisión y fuerza, logró llevar a su equipo a la victoria con un impresionante touchdown. El estadio estalló en un rugido de vítores y aplausos, y las gradas se convirtieron en un mar de colores y entusiasmo.

Hyunjin, con una sonrisa de satisfacción que iluminaba su rostro, levantaba los brazos en señal de triunfo mientras los fuegos artificiales estallaban en el cielo, añadiendo un toque de magia a la celebración. Sus compañeros de equipo se abalanzaron sobre él, rodeándolo con abrazos y felicitaciones. La sensación de euforia era palpable, y Hyunjin no podía evitar sentirse en la cima del mundo. Su destreza en el deporte, combinada con su innegable belleza, lo había convertido en una leyenda viviente en la universidad. Todos lo admiraban y muchas lo deseaban. Era el tipo de persona que, al entrar en una habitación, todos los ojos se volvían hacia él, no solo por su habilidad en el campo, sino también por su presencia magnética.

Mientras el equipo celebraba, los compañeros y amigos de Hyunjin se acercaron para felicitarlo efusivamente. El vestuario estaba lleno de risas y gritos de alegría. Minho, uno de sus amigos más cercanos, se acercó con una amplia sonrisa en el rostro.

—¡Increíble, Hyunjin! Eres un genio en el campo —exclamó Minho, dándole un fuerte apretón de mano.

—¡Ese fue el mejor touchdown que he visto en años! —añadió Seungmin, abrazándolo con entusiasmo y sin contener su admiración.

—Gracias chicos, pero en realidad esta victoria es de todos, no lo hubiera podido hacer sin ustedes —dijo Hyunjin, correspondiendo el abrazo de Seungmin e incluyendo a Minho en el abrazo grupal.

Los tres chicos se abrazaron con euforia, disfrutando del momento y celebrando su éxito. Eran mejores amigos desde pequeños, y aunque Seungmin no estaba tan interesado en el fútbol americano, estaba allí por la obligación que sentía hacia sus amigos. En realidad, había elegido el deporte más como una forma de permanecer cercano a ellos que por un amor genuino por el juego. Para Seungmin, el fútbol representaba una forma de mantener esa conexión especial con sus amigos, a pesar de que su verdadero interés se inclinaba más hacia los estudios y la literatura.

Mientras la celebración continuaba, la atmósfera se llenó de un sentido de camaradería y orgullo. El equipo estaba feliz, y el vestuario era un hervidero de actividad. Algunos jugadores se tomaban selfies, otros discutían las mejores jugadas del partido, y algunos simplemente se dejaban llevar por la emoción del momento.

Sin embargo, una voz rompió la euforia del grupo.

—Buena victoria, Hwang —se escuchó decir desde atrás.

Hyunjin giró la cabeza para ver quién había hablado. Allí estaba Christopher Bang, el mariscal de campo del equipo contrario, además de ser el exnovio de Seungmin. Christopher, con su porte elegante y su mirada confiada, se mantenía a cierta distancia del grupo, observando con una expresión que parecía oscilar entre el respeto y la provocación.

—¿Qué quieres, Bang? No ves que aquí solo entran los ganadores. —preguntó Hyunjin, con un tono burlón. La rivalidad entre ellos era bien conocida y a menudo se manifestaba en comentarios mordaces.

—Es que tú estabas aquí y pensé que cualquiera podría entrar —dijo Christopher, haciendo énfasis en el "cualquiera" de manera despectiva.

Hyunjin estaba a punto de responder cuando Christopher lo interrumpió.

Touchdown in your heart (Hyunin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora