Capítulo 4

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Milan, Italia

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Milan, Italia

Stella

Di un largo suspiro cuando baje la última caja , después de tantas largas pude completar mi anhelada mudanza y ahora si oficialmente había acabado con todo este nuevo cambio.

Tenía muchas ganas de llamarle a Marcus, pero mi amigo estaba de viaje y dudaba que pudiera atender el teléfono. No era precisamente la persona más sociable tenía conocidos, pero amigos verdaderos como Marcus eran contados, y él ocupaba un lugar especial en esa lista.

Al final, decidí enviarle un mensaje. Sabía que respondería cuando tuviera la oportunidad.

Me

¡Amo mi nuevo departamento! Finalmente terminé todo.

¿Cómo va tu viaje? Quiero todos los detalles. Te amo, besos.

Después de un par de horas de haber terminado unos deberes de la universidad, finalmente me decidí a usar la cocina. Me consideraba una aficionada del arte culinario.

Después de todo, al no tener a mi mamá conmigo, tuve que aprender por mi cuenta. Papá no era precisamente un buen cocinero, y comer fuera de casa terminó por cansarme.

Creo que podía preparar muchos platos decentes, y eso era suficiente.

Reuní los ingredientes para hacer una pequeña pasta, aunque tenía pendiente hacer las compras para abastecerme mejor.

Conecté mi celular al equipo de sonido y dejé que la voz de Dua Lipa, con la canción "Levitating", llenara el ambiente. Subí el volumen y me dispuse a preparar mi cena.

Estaba tan feliz de estar en mi nuevo hogar que empecé a cantar y saltar mientras esperaba que los tallarines estuvieran en su punto exacto. Cortaba los tomates cuando, al finalizar la canción, escuché un golpe en la puerta.

Me dirigí a mi celular y pausé la siguiente canción que ya estaba por comenzar. Esperé unos segundos y volví a escuchar los golpes. Sí, alguien estaba tocando a mi puerta.

Extrañada, me acerqué a la puerta. No tenía ni idea de quién pudiera ser, pero recordé que el portero me iba a avisar para firmar algo relacionado con el edificio, aunque ya no me acordaba exactamente qué era. Quizás era eso.

Miré rápidamente mi atuendo, un short de mezclilla y un top rosa. Iba descalza y tenía el cabello recogido en una coleta.

Bueno, nadie es perfecto cuando lo sorprenden en casa sin avisar.

Al abrir la puerta, me encontré con unos ojos marrones que, ciertamente, no había olvidado, junto con esa cabellera negra y esa piel canela que había tocado hasta el cansancio aquella noche. Carlos estaba frente a mí, con una expresión que indicaba que no esperaba que fuera yo quien abriera la puerta. Y yo, sin necesidad de verme, sabía que estaba igual de sorprendida.

SHAMELESS                                            [[CARLOS SAINZ]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora