↬ 08 ; Persona Indicada

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Dos meses habían pasado y su actitud era cada vez más detestable. No quería tener que aceptarlo, pero últimamente el comportamiento de Catnap había decaído de una manera que él no podría describir fácilmente sin recibir una respuesta neutral.

—Él siempre ha sido así —habló Kickin, sumido en sus confusiones—. ¡Oh! Bueno, conmigo —alzó sus manos frente a él, en signo de rendición, al encontrarse con la mirada decepcionada de Dogday.

Este suspiró, notando su propio error.

—No, no... Está bien —dijo apenado. Bajó la mirada y tarareó para sí mismo, indeciso—. Es solo que... Uh...

No quería admitir que el hecho de que Catnap lo tratara como a los demás lo ponía incómodo. Por no decir menos, Catnap nunca fue abierto con nadie más que con él. Sentir que estaba perdiendo su amistad con el felino le angustiaba.

No quería tener que verlo rondando por ahí sin nada que hacer durante el día (claro que eso ya lo hacía), temiendo no poder interceptarlo y preguntarle sobre su bienestar sin recibir un ronroneo a cambio.

Aquella idea solo lo ponía peor.

Esperaba haber metido la pata en algo y haberlo incomodado, porque así el felino tendría una razón para no hablarle, así como él para disculparse sinceramente.

Antes de culparse de nuevo: simplemente no puedes disculparte de algo de lo que ni siquiera te puedes llegar a arrepentir.

Si bien, la idea de Catnap siendo Catnap aún estaba ahí, la teoría de que había un tercero moviendo algunos cables también.

Era estresante. No quería que su mejor amigo dejara de hablarle tan repentinamente.

Ni Kickin, Bubba, ni Craftycorn supieron qué hacer. Ellos eran los más racionales, ¿no? Quizá no, o quizá sí... Y el no saberlo solo lo hacía sentir como el peor amigo del mundo.

—A ver, a ver... Tranquilízate un momento —angustiada, Bobby alzó las manos en alto.

Bobby BearHug, un alma amable y solidaria, muestra compasión por todos y por todo. Las personas, los lugares y las cosas, grandes o pequeñas, son todos receptores de su amor. Cada uno se enriquece con esta atención y cariño y, a su vez, ella también.

Ella era el corazón del grupo. Si hablamos de relaciones, ella es la persona indicada.

—¿Solo se fue y ya? —preguntó, inclinando la cabeza a un lado.

Dogday asintió—. Estábamos bien, algo ocurrió —divagó con la mirada baja. Al parecer, su angustia era contagiosa.

¿Y cómo no lo sería? Él es el único sol que puede iluminarlos... Verlo tan decaído implica pésimas noticias.

—Mm... —Bobby puso un dedo sobre su barbilla, tratando de idear algo—. No puedo aconsejar sin saber cuál es el problema... —Lo miró entonces, Dogday imitó el gesto de forma más retardada—. ¿Podrías... quizá... describir a Catnap? —Ella forzó su sonrisa. ¿Cómo ayudar a alguien que nunca mostró conflicto? Era territorio inexplorado.

—¿Describirlo? —Un foco se iluminó en su mente, aunque Bobby pareció entender lo contrario.

—Sí, hablo de ¿cómo es su personalidad? Sus conductas... Objetivos, si tiene objetivos... —susurró la última parte. Dogday entendió a qué se refería. Sí, sí, la misma angustia de siempre... Objetivos...

—Bueno... —Él tomó aire, entrelazó los dedos de sus manos tratando de sonar sereno—. Catnap es alguien solitario... Es... una presencia calmante. Lo creas o no, él es... simplemente... —Divagó, tratando de ordenar las palabras, tarea difícil; era un reto total describir las actitudes de Catnap... más aún con su cambio repentino. Lo tenía confundido.

Wake Up Heartless || CatNap x DogDayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora