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Amelia's Pov
Llevo días sintiéndome mal
Tengo dolores intensos de cabeza, el estómago se revuelve y siento un vacío en él como si de un agujero negro se tratáse.
Me dan mareos, incluso estando sentada o acostada.
Pero claro que Enzo no sabe nada de esto.
El ya está demasiado estresado con su proyecto actoral como para preocuparlo con esto.
Puedo sola.
Tal vez comí algo que me hizo mal, o estoy pasando por un golpe de calor, nada de que preocuparse.
Y no es que Enzo no se preocupe por mi, claro que lo hace, lo tengo clarísimo. Pero solo llevo días así, no es que se trate de meses.
Ahora mismo, estoy echa mierda en la cama que comparto con Enzo. Pero al revisar el reloj, comienzo a arreglarme un poco porque ya no tarda en llegar.
Y no me equivocaba.
Justo cuando terminé de aplicarme un poco de rubor sobre mis pecas en mis mejillas, dejando de lado las de mi nariz, para no verme tan pálida, se escuchó el sonido de unas llaves y como se abría la puerta.
—¡Chiquita, ya estoy en casa! —Lo escuché gritar.
En ese mismo instante, salí se nuestra habitación para recibirlo.
Al verme, sus labios cambiaron automáticamente a una sonrisa cerrada, y abrió sus brazos para recibirme.
Caminé hacia sus brazos.
Enzo pegó sus labios en mi cabeza dejando un beso tierno.
—Te extrañé —dije apenas separé mi cabeza de su pecho, pero aún seguíamos en contacto
Enzo sonrío.
—Yo más, linda. Pero solo pude escaparme unas horas para venir a comer con vos, tendré que regresar al trabajo en un rato.
Mi cara perdió un poco de brillo, y al parecer, lo notó.
—Pero volveré para cenar juntos, lo prometo —dijo, a lo que sonreí.
Ambos comenzamos a caminar hacia la cocina.
—No cociné nada, pero aún hay pasta y ensalada de ayer, ¿te apetece? — pregunté.
—Me apetece comer con vos, no lo que coma, chiquita —respondió acercándose a mi.
Enzo me tomó de la cintura cuidadosamente, acercándome a el. Tuve que levantar la cabeza para verlo a los ojos.
