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El día que más había temido Namjoon habia llegado.
Saldría de su casa.

Esa mañana su psicólogo Jungkook había llamado para confirmar la cita y las manos de Namjoon no dejaban de sudar desde que colgó el teléfono, decidió distraerse arreglando su departamento y alistandose para salir, no sabía que ponerse, tenía miedo de ser juzgado por la más mínima cosa. El sonido del timbre lo distrajo, se dirigió a la puerta y la abrió encontrándose con su psicólogo.

– Hola Namjoon ¿que tal? ¿Estas listo? – Namjoon sonrió y negó, no, no estaba listo. – Vamos, yo sé que tu puedes.

Namjoon respiro profundo y asintió, tomó una mochila con lo necesario, agua, bloqueador y un peluche por si se ponía mal, cuando llegó a la puerta de su casa su corazón se sentía acelerado, tenía miedo y miles de escenas trágicas pasaban por su cabeza, el tiempo que estuvo viviendo fuera de casa fue muy malo para él, no quería revivir los malos recuerdos.

– ¿En que piensas Namjoon? – Junkook lo miraba desde afuera del departamento. – Nada malo te va a pasar, yo estoy acompañándote. Ellos no están aquí.

Porque si, Namjoon habia sido golpeado por un grupo de hombres y casi había sido abusado por ellos, si no fuera por su padre el habría tenido un destino peor.

Los ojos de Nam estaban rojos y su respiración comenzaba a ser errada dió un paso atrás y Jungkook respiró profundo.

– Esta bien Namjoon, cuando estés listo, no importa si tardas en estarlo.– Namjoon asintió y sacó de su mochila un peluche para consolarse, respiró y salió del departamento, Jungkook sonrió y lo felicitó. Ahora tenía que salir del edificio.

Cuando llegaron a la entrada del edificio fue casi el mismo procedimiento pero esta vez tardó más, la luz del sol que pegaba contra el pavimento lo cegaba, hacía tiempo que no veía la luz del sol tan directamente, Jungkook salió del edificio y estiró la mano, Namjoon estaba dudoso pero la tomó y salió del edificio, no podía creerlo, estaba feliz, Jungkook dio unos cuantos pasos más y era seguido por su paciente y avanzaron unos cuantos metros.

Cuando la adrenalina se le acabó a Namjoon miró a su alrededor viendo a las personas que caminaban por ahí, su ansiedad hacia ver las cosas de una manera distorsionada, podía ver como las personas lo miraban con rostros enojados, como hablaban sobre el entre murmullos y sentía que se burlaban de él. No podía con eso, un ataque de ansiedad comenzó a invadirlo y corrió hacia su departamento seguido de Jungkook.

Al llegar a la puerta trataba de poner su contraseña pero sus manos temblaban en demasía y sus movimientos eran torpes, Jungkook puso una mano en su hombro logrando tranquilizarlo y logró poner su contraseña, entró al departamento y se dirigió al baño para echarse agua fría en el rostro. Cuando fue a la sala ahí estaba Jungkook tomando notas.

–¿Lo hice mal? – Jungkook negó.

– No, es un gran avance, poco a poco irás avanzando. – Namjoon asintió, estaba avergonzado, Jungkook lo notó y se acercó a él.– No te preocupes, lo hiciste muy bien Namjoon. – y lo abrazó, Namjoon necesitaba ese abrazo así que lo recibió

Seokjin vio todo eso a través de la puerta de vidrio.

– Oh – dijo para si mismo viendo las flores que había recolectado para Namjoon, no sabia que hacer o como reaccionar, sentía algo en ahora su ya formado corazón, este era pesado incluso más que otros órganos. Cuando volvió a ver hacia dentro notó la mirada de Jungkook sobre el.

–¿Qué hace el aquí Namjoon? – Jungkook abrió la puerta y salió tomando del cuello de su camisa a Seokjin.

– NO no le hagas daño, el estaba aquí porque... – diablos ¿que excusa podía poner? Miró a Seokjin y notó las flores que llevaba. – Iba a ayudarme a hacer este arreglo de flores, el sabe como hacerlos. – sonrió nervioso y Jungkook miró de nuevo a Seokjin y lo soltó no muy convencido. –¿No quieren algo de comer? Deben de tener hambre– la tensión entre ambos hombres podía sentirse.

Double | ᴊɪɴɴᴀᴍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora