Como heredera de la familia Kim, Jennie necesita casarse con un alfa de noble cuna. Su padre elige a Lisa, la heredera de la provincia de Gyeongsang, para casarse con su hija omega. Se encontrarán por primera vez en el altar.
Adaptación.
Traducción...
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Jennie se estremeció de excitación nerviosa cuando el pene de Lisa se preparó para deslizarse por su garganta. Esto... lo que fuera que estuvieran haciendo representaba todo lo que había temido en secreto cuando su padre le informó de que había elegido una compañera para ella y que se casarían en el plazo de un año. Era muy consciente de que había sido increíblemente afortunada al encontrar una alfa tan dulce, amable y gentil como Lisa, alguien que no veía los deseos y necesidades de su omega como secundarios a los suyos propios, alguien que buscaba ganarse su sumisión en lugar de exigirla como un derecho de nacimiento.
Pero ahora mismo, Lisa estaba interpretando el papel del alfa que podría haber sido. Había un brillo terrible en sus ojos mientras empujaba las caderas hacia delante, y eso encendió una chispa de miedo en el estómago de Jennie que sólo sirvió para aumentar la expectación por el placer que sin duda le proporcionaría servir a su alfa. Porque aparentemente, en los rincones más profundos y oscuros de su mente, una parte de ella deseaba que Lisa pudiera ser así, que pudiera exigirle ese tipo de servicio como su alfa. Sin embargo, Jennie no estaba dispuesta a cuestionar esos deseos ocultos, y se sentía feliz de sumergirse en un espacio de sumisión y obediencia que permitía a su cerebro, constantemente activo, detener su perpetuo movimiento. No necesitaba pensar. Sólo tenía que hacer lo que Lisa le dijera.
Lisa le había enseñado mucho desde el apareamiento sobre cómo utilizar sus manos y su lengua e incluso su voz para hacer que Lisa suspirara y jadeara de placer. Pero ahora no necesitaba ninguna de esas habilidades. Lisa le sujetó el pelo y balanceó las caderas con firmeza y sin pausa, deslizándose más profundamente en la garganta de Jennie. La fuerza de los empujones de la alfa hizo que a Jennie se le llenaran los ojos de lágrimas, pero no intentó resistirse. Lisa la estaba utilizando como quería, como había amenazado y como Jennie deseaba.
Los primeros movimientos fueron los más difíciles de soportar. Cuando la cabeza de la polla de Lisa se deslizó por la garganta de Jennie y traspasó la barrera habitual de la parte posterior, se sintió ahogada. Sin embargo, una parte de ella también disfrutaba de la sensación. Su boca estaba completamente llena de Lisa; no podía saborear nada más que a Lisa. Gimió cuando Lisa se apartó y las vibraciones hicieron que la alfa sisease de placer. Pero la mirada que lanzó a Jennie no fue nada agradable para ella.
─ Maldita ─gruñó, apretando el pelo de Jennie en señal de advertencia. ─ Intentas hacerme correr para acabar antes. Está claro que aún no has aprendido cuál es tu sitio, Omega. Se acabará cuando yo diga que se acabe. Y tendrás que aceptarlo.
Con el tiempo, Jennie aprendió a relajar los músculos de la garganta para aceptar la longitud de la alfa, algo a lo que Lisa reaccionó acariciándole la cabeza, aunque sus gruñidos no cesaban. Sin embargo, esos gruñidos se aceleraban, se hacían más cortos y fuertes a medida que aumentaba su placer, y Jennie podía sentir la dura polla palpitando en su boca. Sentía una respuesta palpitante entre sus propias piernas y deseaba poder estirar la mano para aliviar ese ardiente dolor, pero sabía que Lisa la castigaría por ello. Pero entonces se le ocurrió una idea: ¡Lisa la castigaría por esto! Gimiendo un poco de anticipación, Jennie deslizó la mano hacia abajo hasta llegar a su humedad. Sólo rodeó su clítoris un par de veces antes de hundir dos dedos en su interior, temblando ante el satisfactorio estiramiento del pene de su compañera en su boca.