Como heredera de la familia Kim, Jennie necesita casarse con un alfa de noble cuna. Su padre elige a Lisa, la heredera de la provincia de Gyeongsang, para casarse con su hija omega. Se encontrarán por primera vez en el altar.
Adaptación.
Traducción...
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Cuando Lisa se despertó, se encontró con una cama vacía. Bostezó y se estiró, abrió los ojos y extendió un brazo hacia el cálido lugar donde debería haber estado su compañera. El olor de Jennie seguía allí, pero la omega ya no estaba.
A Lisa se le encogió el corazón. En las últimas semanas se había acostumbrado a despertarse con su compañera todas las mañanas. La compañía de Jennie era incluso más agradable de lo que había esperado antes de la boda, y se encontró deseando pasar el mayor tiempo posible con la omega.
Afortunadamente, Jennie no estaba lejos. Estaba sentada en una mesa al otro lado de la habitación, una que Lisa tenía desde hacía años pero que rara vez utilizaba. La cabeza de la omega estaba inclinada sobre un papel y escribía frenéticamente. No levantó la vista cuando Lisa se bajó del colchón, ni se dio cuenta cuando Lisa se acercó a la mesa.
Lisa alargó la mano, sintiendo un fuerte deseo de tocar a su esposa, pero antes se aclaró la garganta para que Jennie no se sobresaltara.
─ Buenos días.
Jennie dejó por fin de escribir. Se volvió y una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro.
─ Lisa. Buenos días. Perdona, pensé que no te despertarías hasta dentro de unas horas.
Lisa miró por la ventana y luego volvió a mirar a Jennie.
─ Es media mañana, me he quedado dormida.
─ ¿Eh? ─ Jennie parpadeó y luego consultó el pequeño reloj del escritorio, que llevaba unos minutos de retraso, pero no era del todo inexacto ─ Ah. Lo siento. No me había dado cuenta de que llevaba tanto tiempo trabajando.
─ ¿Trabajando? ─ Lisa se asomó por encima del hombro de Jennie para ver el trozo de papel que estaba arañando. Estaba lleno de letras, números y diagramas, junto con grandes imágenes de lo que parecía una especie de cuadrícula... ─ ¿Qué es eso?
─ Un taladro petrolífero ─dijo Jennie. ─ Estoy ayudando a mi padre a diseñar un nuevo equipo para los pozos petrolíferos de la provincia de Gyeongsang. Ahora que Industrias Kim tiene permiso para perforar, necesito asegurarme de que todo está a la altura.
Lisa enarcó las cejas. No se había dado cuenta de que Jennie estuviera tan involucrada en los negocios de su padre, aunque había visto indicios de ello en las últimas semanas. No era la primera vez que pillaba a Jennie trabajando, aunque como su compañera, la omega técnicamente no tenía que hacer nada. Jennie pareció tomar su silencio como una desaprobación.
─ Lo siento ─dijo, guardando el papel, ─ ¿querías... algo?
Sus mejillas se sonrojaron cuando sus ojos se posaron entre las piernas de Lisa, y la alfa sintió un tirón de respuesta en su entrepierna.
─ Bueno, sí, pero siempre quiero eso ─ dijo con una sonrisa ─ No tienes que dejar tu trabajo en este momento, en serio. Parece importante. ¿Me lo explicas?
