Como heredera de la familia Kim, Jennie necesita casarse con un alfa de noble cuna. Su padre elige a Lisa, la heredera de la provincia de Gyeongsang, para casarse con su hija omega. Se encontrarán por primera vez en el altar.
Adaptación.
Traducción...
Este capítulo cuenta con 11 mil palabras así que lo dividire en dos partes. Agradecería mucho sus votos y comentarios 😘
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lisa atravesó apresuradamente los terrenos del palacio, alargando el paso para que el dolor entre sus piernas no empeorara. Generalmente, Jennie y ella se despertaban abrazadas, y el calor de sus cuerpos retrasaba unos minutos el comienzo del día. Pero esta mañana no fue así. Jennie se había levantado con el primer rayo de sol que entró por la ventana, vibrante con la energía de la inspiración. Lisa nunca envidió a su compañera esos momentos, ya que hacían a Jennie tan feliz, pero desde entonces no había podido deshacerse de la sensación de decepción.
Concentrarse en sus propios deberes había sido una tarea ardua en el mejor de los casos, tortuosa en el peor. Pensó en el suave cabello negro y la piel sedosa de su compañera mientras desayunaba con sus padres. Mientras repasaba los informes de los pueblos vecinos, no dejaba de imaginar los brillantes ojos marrones y la boquita sonriente de Jennie. Cuando se tomó un descanso en los terrenos del palacio, el flujo de sangre que recorría su cuerpo se concentró inevitablemente entre sus piernas.
De ahí su problema actual. Lisa no quería interrumpir a Jennie, pero no estaría de más comprobarlo. Tal vez Jennie estaba lista para un descanso y ella tendría suerte. Sus esperanzas se desvanecieron un poco cuando llegó al taller. Ambas puertas estaban cerradas y podía oír un zumbido en el exterior. Aun así, el deseo de ver a su mujer, de tener a Jennie en sus brazos, la instó a entrar.
La luz del sol de la tarde entraba a raudales por las ventanas, haciendo brillar todas las superficies metálicas del taller. A pesar de todo el resplandor, los ojos de Lisa se dirigieron a un lugar en particular: el banco de trabajo, donde Jennie estaba usando un soplete para soldar la unión de un pequeño tubo de metal.
Lisa esperó, sabiendo que su olor llamaría la atención de Jennie más rápido que su voz. No se sintió decepcionada. En unos segundos, la omega apagó el soplete, lo dejó a un lado y se alzó la careta.
─ ¡Lisa! ─ Jennie se quitó la careta por completo, sin darse cuenta de que la abrazadera le dejaba el pelo ligeramente revuelto.
─ ¿Una mañana ajetreada? ─ Lisa abrió los brazos cuando Jennie se acercó, y la omega se acurrucó en ellos, inclinándose para acariciar su cuello.
─ Uhum. ─Tras un momento de respiraciones suaves, Jennie volvió a levantar la cabeza. ─ Una mañana productiva. Estoy diseñando un modelo a pequeña escala para que las plataformas petrolíferas de Industrias Kim sean más seguras y eficientes. El derrame de hace unos meses fue un desastre. No quiero que vuelva a ocurrir nada parecido. ─ Lisa hizo un ruido de asentimiento. Dejando a un lado todos los beneficios derivados del sexo y del amor creciente, tenía que admitir que sus padres eran una unión excelente para ella. Era un consuelo saber que Jennie e Industrias Kim estaban de su parte y no se tomarían a la ligera ningún daño a la provincia de Gyongsang ni a las personas y animales que vivían en ella. Ahora también era el hogar de Jennie, así que tenía una motivación extra para mantenerlo a salvo. ─ ¿Y tú? ─ preguntó Jennie. ─ ¿Qué tal la mañana?
