One-shots exclusivamente de personajes de Kny.
No escribo yaoi o yuri.
Acepto pedidos de cualquier tipo excepto lemmon o yandere.
Por cierto, escribo personajes que aparecen muy poco en pantalla.
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¿Como serian los demonios si te pidieran probar un poco de tu sangre?
. . .
✦Aizetsu✦
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• Aizetsu estaba contigo en el patio de tu casa disfrutando del clima y la luna llena.
• Sabía que debía aprovecharlo muy bien, pues en unas horas tendría que reunirse con el resto de los clones para una misión.
• Todo iba bien hasta que captó que no había comido desde hacía varias noches. Esa noche te debía cazar, pero por estar contigo lo había olvidado por completo.
• Solo había una opción. No tenía miedo de descontrolarse, por ti nunca lo haría. Pero le daba pena preguntarle.
• Agarró todo el valor que tenía y, cuando estabas a punto de dormirte en sus piernas, soltó la bomba.
• —¿Puedo... probar un poco de tu sangre?
• Esa pregunta te despertó de inmediato. Abriste los ojos como platos y te sentaste.
• —¿Escuche bien o fue mi imaginación?
• Aizetsu bajó la mirada apenada por su propuesta, pero asintió.
• —No he comido en días, y no creo que alcance a encontrar una presa digna antes de la misión.
• Tú asentiste comprensiva. Desde que habían comenzado a salir, tú le habías pedido que solo comiera gente culpable de crímenes altos, como asesinatos o violaciones. Él había aceptado sin problemas.
• —Está bien, solo no te pases, ¿está bien?
• Aizetsu te miró con los ojos iluminados y llenos de esperanza, pero cuando este estuvo a centímetros de tu cuello, su aura cambió.
• —Perdóneme en serio—. Dijo eso antes de morderte y comenzar a succionar tu sangre.
• Era un poco doloroso, pero no tanto como imaginabas. Se sentía rara la sensación de perder sangre. Era como cuando tomas un jugo casi terminado y tienes que succionar el pitillo para sacar las últimas gotas.
• Aizetsu te agarró de la cintura para acomodarte en una posición más cómoda. Tú soltabas algunos suspiros por el dolor, pero también por la satisfacción. Sí, eras un poco masoquista. Por algo estabas con un demonio.
• —Zet...—Gemiste. Sus caricias comenzaban a subir de tono por los lugares donde estaban ubicadas sus manos.
• —¿Estás bien?—preguntó preocupado, buscando tu mirada para una respuesta.
